“Estados Unidos conduce [a las autoridades ucranianas] hacia un nuevo baño de sangre. Las armas estadounidenses pueden provocar nuevas víctimas”, declaró Serguéi Ryabkov, viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia.

Ryabkov acusó a Estados Unidos de “cruzar la línea” y fomentar el conflicto en la localidad de Donbass, este de Ucrania .

“Los revanchistas de Kiev están disparando en Donbass a diario, no quieren llevar a cabo negociaciones de paz y sueñan con acabar con la población rebelde. Y Estados Unidos decidió darles armas para ello”, recalcó el funcionario.

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Otro viceministro de Exteriores, Grigory Karasin, dijo que la medida de Estados Unidos socavaría los esfuerzos para alcanzar un acuerdo político para Ucrania. Según Karasin, Washington eligió apoyar “el lado de la guerra… algo inaceptable”.

Además reiteró la posición de Rusia de que las autoridades ucranianas deberían negociar con los rebeldes apoyados por el Kremlin a través de un “diálogo honesto y directo”.

El departamento de estado de Estados Unidos anunció que Washington había “decidido proveer a Ucrania mayores capacidades de defensa… a largo plazo”.

“El paquete total de defensa de 47 millones de dólares incluye la venta de 210 misiles antitanques y 35 lanzamisiles”, reseñó un informe de la cadena ABC.

Ucrania y sus aliados occidentales acusan al presidente ruso, Vladimir Putin, de hacer pasar tropas y armas a través de la frontera para avivar el conflicto como castigo por el viraje de Kiev hacia Europa.

Más de 10.000 personas han muerto y cerca de 24.000 resultaron heridas desde que estalló la insurgencia prorrusa en el este de Ucrania en abril de 2014.

Con información de AFP.