A Joaquin Mendez lo mató su propio primo después de preguntar si un chaleco antibalas que encontró en su casa todavía funcionaba. Luego de hacer la pregunta en voz alta, Alexandro Garibaldi se encargó de hacer la infausta prueba al disparar un arma, lo que desencadenó en la muerte del joven, informa The Guardian.

Los policías que llegaron a atender el homicidio encontraron a Mendez tirado en el piso fuera de su casa con una herida en el pecho. Los esfuerzos para salvarle la vida fueron infructuosos, ya que murió antes de llegar al hospital.

Por su parte, Garibaldi, el primo de la víctima, en un primer momento declaró que había encontrado a Joaquin tendido luego de escuchar el disparo. Sin embargo, un testigo lo desmintió al afirmar que lo había visto accionar el arma.

Por eso, Garibaldi fue capturado y acusado de homicidio sin opción a pagar fianza. Los registros de la cárcel Hillsborough County no dan cuenta de si el homicida tiene un abogado para defenderse, agrega el diario británico.

La familia de Joaquin lo describió como un muchacho amoroso y se mostró agradecida por las muestras de apoyo que ha recibido. Sin embargo, no quiso dar más declaraciones sobre el mortal incidente, complementa el medio ABC Action News.

LO ÚLTIMO