En la presentación de la estrategia nacional antidrogas, la mandataria interina también mencionó al Primer Comando de la Capital, el Comando Vermelho de Brasil, cárteles de Sinaloa, Los Zetas de México y mafias rusas, entre otros.

Áñez culpó de esto a los 14 años de Gobierno del expresidente Evo Morales, diciendo que en ese lapso se permitió que el narcotráfico opere en suelo boliviano y no se actuó al respecto.

La presidenta boliviana enfatizó que esa permisividad llevó a Bolivia no solo a ser un país de tránsito de droga, sino en un lugar donde operan estas organizaciones criminales.

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Por su parte, el ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, manifestó que heredaron un “narcoestado” y responsabilizó a Morales.

Más tarde un comunicado del Ministerio de Gobierno informó que reforzarán la seguridad de la presidenta tras estas declaraciones ya que a su juicio puede poner en peligro la vida de Áñez.

“La Presidenta no solo es un problema para el narcotráfico, sino para el Movimiento Al Socialismo” (el partido del expresidente Evo Morales), expresó Murillo citado en el boletín del Ministerio de Gobierno difundido por las redes sociales.