En una conferencia de prensa con el primer ministro británico David Cameron, Obama aclaró que en la Casa Blanca había de hecho dos bustos de Churchill, uno en el despacho oval y otro antes de entrar en su oficina privada.

Obama dejó el que está ante su oficina, pero retiró el del despacho oval porque no hay mucho espacio y prefirió, “como primer presidente afroamericano”, tener uno del líder de los derechos civiles Martin Luther King.

De todos modos, “veo a Churchill cada día, incluso los fines de semana, cuando voy a ver un partido de básquet” a la oficina privada, explicó.

“Me encanta Churchill, me encanta el tipo”, sentenció.

En un artículo en el diario The Sun, el conservador euroescéptico Johnson cuestionó el ruego del presidente de Estados Unidos de que los británicos voten a favor de la permanencia en la Unión Europea, sugiriendo que Obama odia al Imperio británico porque es “medio keniano”.

Para ilustrar su afirmación, explicó lo que ocurrió con el busto.

El primer día del gobierno de Obama fue devuelto, sin ceremonias, a la embajada británica en Washington”,

explicó Johnson, autor de una biografía sobre el primer ministro que lideró al país durante la Segunda Guerra Mundial.

Algunos dijeron que fue un desprecio al Reino Unido. Otros que fue el símbolo del disgusto ancestral por el Imperio británico del presidente medio keniano”,

concluyó.

El nieto de Churchill, Nicholas Soames, diputado conservador como Johnson, le respondió en Twitter:

no es obligatorio tener el busto de Churchill en la oficina del presidente. Un argumento estúpido e irrelevante”,

escribió, invitando a Johnson a “madurar”.

Con AFP.

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