En total, fueron alrededor de U$ 227 millones los que el Departamento de Estado entregó en las últimas horas del gobierno Obama, y se dividieron así: 221 millones para la Autoridad Palestina, 4 millones para programas de cambio climático y 1,25 millones a organizaciones de las Naciones Unidas, informa Business Insider.

Las millonarias transferencias pudieron darse, en gran medida para molestar al gobierno entrante de Donald Trump, que, por ejemplo, se ha mostrado como el nuevo aliado de Israel (país que tiene conflictos con Palestina desde hace décadas) en Medio Oriente, al punto de considerar el traslado de la embajada estadounidense en ese país de Tel Aviv a Jerusalén, informa The Washington Post. Tal decisión generaría una importante disputa con Palestina, que reclama a la última ciudad como su capital.

Obama había insistido varias veces en enviar el dinero a la Autoridad Palestina, que viene de los fondos de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional, y es destinado a ayudas humanitarias en Gaza y para apoyar reformas políticas y de seguridad, precisa el medio estadounidense.

La generosa donación de última hora también incluyó U$ 1,05 millones para la representación del Departamento de Estado en Afganistán y Pakistán y para la Oficina de Asuntos exteriores para el sur y el centro de Asia.

Habitualmente, las decisiones del congreso son respetadas por el ejecutivo, pero ella no representa atadura alguna. Obama, por supuesto, eligió el segundo camino.

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