Dicha atracción, típica de cualquier parte infantil, en la que una persona se sienta a cada extremo, y sube y baja por efecto del peso corporal y el impulso con las piernas, no viola las leyes migratorias de ninguno de los dos países, pues cada punta queda ubicada en cada país, con su eje de apoyo en el centro.
Los catedráticos de la Universidad de California en Berkeley Ronald Rael y Virginia San Fratello concibieron el diseño en 2009, pero solo hasta ahora pudieron convertirlo en realidad, informa la revista People.
Los creadores de tan singular juego publicaron imágenes y un video, que acompañaron con este texto:
“Una de las experiencias más increíbles de mi carrera es darle vida al diseño conceptual de este juego, en 2009, en un evento lleno de gozo, excitación y unión en el muro fronterizo”.
Lo mejor de la experiencia, en el área de Sunland Park, Nuevo México (EE. UU.) y Ciudad Juárez (México) es que no solo niños participaron del juego, también los adultos que los acompañaban.
Llama la atención que este proyecto se cristalizó en momentos en los que las relaciones entre los dos países son tensas en el plano de los inmigrantes mexicanos hacia Estados Unidos y el muro que el presidente Trump sigue insistiendo en construir (el muro o la reja que está actualmente no es el que Trump quiere).
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