Es común que los monjes en ese país visiten hogares y negocios en busca de donaciones, por lo que pasaron desapercibidos ante la persona que los atendió, informó Daily Mirror.

Ante una solicitud de los falsos religiosos, el trabajador fue en busca de la propietaria del local, quien estaba en el segundo piso reparando el aire acondicionado, aseguró ese medio.

Cuando el empleado regresó, los hombres se habían ido con el iPhone de su jefe.

En un video publicado en YouTube se ve cuando los hombres agarran el celular, lo esconden en su ropa, se despiden de algunas personas y emprenden su camino como si nada hubiera pasado.

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La dueña del local manifestó al periódico inglés que ese teléfono es vital para su negocio debido a que los números de sus clientes se encuentran guardados ahí.

Agregó que estaba “muy enojada” por lo ocurrido y que ofrece una recompensa de 5.000 bahts tailandeses (alrededor de $ 120.000) por información que logre dar con la ubicación de los hombres.

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