Cuando Harrouff fue llevado al St. Mary’s Medical Center, luego de que lo arrestaron por presuntamente asesinar a dos personas e intentar matar a otra, el joven escupió un pedazo de carne humana y cabello, destaca el Palm Beach Post.

Además de los cargos por dos asesinatos en segundo grado e intento de asesinato en primer grado, al joven se le acusa de ingresar sin permiso en propiedad privada con el objeto de robar.

La historia adquirió visos dramáticos luego de que la policía encontró a Harrouff sobre una de sus víctimas en el apartamento que acababa de invadir, mientras le mordía el rostro a John Stevens, de 59 años, esposo de la otra víctima mortal, su esposa Michelle Mishcon, de 53, reporta Actualidad RT.

Antes de que llegara la policía, mientras el joven cometía el crimen, fue sorprendido por un vecino, quien trató de convencerlo de no hacer nada “estúpido”, pero fue apuñalado por el muchacho; no obstante, el herido logró llamar a la policía.

Cuando las autoridades llegaron a la escena del crimen, utilizaron pistolas eléctricas (tasers) para que el joven dejara de morderle la cara a su víctima, pero ni así lo lograron, por lo cual los agentes tuvieron que acudir a darle patadas en la cabeza al joven, hasta que dejó de morder por un momento, pero luego insistió en morder y masticar la carne que le había quitado al cadáver.

Finalmente, para poder esposarlo, la policía tuvo que usar un perro entrenado que logró someterlo, mientras el joven gritaba: “Mátenme, mátenme, dispárenme ya… merezco morir”.

Otro aspecto curioso del caso es que los agentes reportan que el adolescente tenía una fuerza descomunal, pero luego de exámenes de laboratorio, se comprobó que el presunto asesino no había consumido marihuana, cocaína o heroína, aunque se esperan exámenes más detallados para descubrir si había consumido alguna otra sustancia.

La policía dice que una vez se calmó, en el hospital, el joven delincuente dijo: “Háganme todos los exámenes de laboratorio que quieran, pero no encontrarán nada”.

Un par de horas después de los hechos, la madre del homicida, Mina Harrouff, llamó a la policía para conocer el paradero de su hijo. Según el reporte divulgado el miércoles, la mujer dijo a un oficial que Austin estaba cenando con sus padres en el restaurante Duffy’s cuando se agitó, se levantó y salió a la calle.

Añadió que el joven “había estado actuando de forma extraña desde hacía una semana más o menos”, reportó el policía que escribió el informe, Luis Rocha. “Decía tener superpoderes y ver monstruos (…) aunque no creía que representara un peligro para nadie”.

Pero la mañana del martes la ciudad de Tequesta, 150 Km al norte de Miami, despertó con esta horrenda noticia.

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