Hace unos días un hombre alemán de 82 años fue a recoger sus sembrados y se llevó una grata sorpresa cuando la madre naturaleza le devolvía el anillo que nunca pensó volvería a recuperar.
El hombre tomó esto como una señal de su esposa, quien falleció hace seis meses, y quien siempre le dijo que en algún momento encontraría su anillo. “Uno siempre cosecha lo que siembra” dijo el hombre a un medio alemán.
La zanahoria buscó un espacio para crecer en medio de la sortija y llegar a la superficie donde su dueño la esperaba sin saberlo.
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