Sin embargo, reiteró que serán los colombianos quienes tengan la última palabra. 

Tengo la certeza de que es el mejor acuerdo posible, probablemente todos hubiéramos querido algo más (…) pero el acuerdo logrado es el acuerdo viable, el mejor acuerdo posible”,

aseguró De la Calle al intervenir tras la firma del convenio con la organización guerrillera.

Afirmó que aunque deben “esperar con humildad el veredicto de la ciudadanía”, confían en que la mesa de negociaciones ha hecho un buen trabajo y ha alcanzado “un pacto fundamental para la convivencia del país”.

Hoy hemos llegado a la meta. La firma de un acuerdo final con la guerrilla de las Farc es el fin del conflicto armado. La mejor forma de ganarle a la guerra fue sentándonos a hablar de la paz. La guerra ha terminado”,

señaló De la Calle, quien se refirió al acuerdo como “un nuevo comienzo” y una “oportunidad” para cesar la violencia.

Según el representante del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, en los casi cuatro años de conversaciones con sede en La Habana no se han “cambiado fusiles por convicciones” y sí se ha creado “una hoja de ruta para Colombia”, algo que ven como “un camino positivo para el futuro”.

Sin embargo, precisó que no incurrirán en el “acto vanidoso” de exaltar el trabajo junto a la guerrilla, sino que serán los colombianos quienes decidan si el acuerdo es el aceptado.

Repito que el acuerdo es un acuerdo sobre lo posible. Pero de la sociedad colombiana depende que sea ejecutado. Primero, si lo aprueba con el voto. Segundo, si se comprometen a hacer parte de la transformación que se necesita para conseguir la paz”,

dijo.

De la Calle resumió algunas de las ideas más importantes contenidas en el acuerdo final de paz, dado a conocer hoy, donde se han pactado cuestiones acerca de la reforma rural, la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, junto a la dejación de armas y el paso a la vida civil de las Farc.

Queremos mejorar la política. Más limpia. Más abierta. Más incluyente. El esfuerzo para lograr un quehacer político digno de confianza se hará con todos los partidos y movimientos. Y con las Farc después de su ingreso a la democracia. Este es un deseo unánime de los colombianos”,

sostuvo.

También mencionó el “compromiso serio y transparente sobre el cese de fuego y hostilidades bilateral y definitivo” y el “sello de garantía” que significa el mecanismo de verificación con participación de las Naciones Unidas y los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Recordó además el pacto sobre justicia transicional, firmado el pasado septiembre e incluido en esta versión final, que forma “parte de un sistema completo que implica verdad, reparación y garantía de no repetición”.

De la Calle agradeció su apoyo a Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz; a las naciones acompañantes, Chile y Venezuela, y a los enviados especiales de EE.UU., Bernard Aronson, y de la Unión Europea, Eamon Gilmore.

Asimismo dio las gracias a la delegación de paz del Gobierno, que “ha sacrificado tiempo y vida familiar con denuedo desmesurado” y “desde orillas opuestas” y reconoció la “disciplina de trabajo de las Farc” en unas “conversaciones complejas, a veces amargas”.

Los colombianos tendrán la última palabra. (…) Está en manos de cada colombiano para que decida siguiendo lo que le dicte su íntima sabiduría. En ese sentido, el plebiscito debe ser una decisión cívica, nacional, profunda, un gran acontecimiento histórico”,

aseguró.

De la Calle terminó su intervención con una nota personal y afirmó que “haber logrado un acuerdo con las Farc no significa que haya existido una claudicación mutua”, y subrayó que ambas partes salieron con sus “convicciones y valores intactos”.

Con EFE

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