El cineasta boyacense contó que se trata de una cinta de ficción, inspirada en la asombrosa historia de los pequeños que se extraviaron en las selvas del Guaviare hace algunos meses, después de sobrevivir a la caída de la avioneta donde viajaban.
En ese sentido, Nieto Roa resaltó que la película intenta llenar con testimonios y parte de la imaginación aquello que les ocurrió a los pequeños durante más de un mes, pero eso no excluye que tuviera un profundo origen en la realidad: “Lo que hicimos fue irnos a la selva y colocarnos en la posición de los niños. ¿Cómo sobreviviríamos? Obviamente no teníamos ni idea y solitos nos habríamos muerto de hambre, de miedo. Era un mundo desconocido para nosotros”.
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Entonces contaron con la colaboración de nativos de la región, cuyos testimonios ayudaron a llenar los vacíos que todavía tiene la historia real. “Acudimos a unos indígenas que viven allá en su comunidad, en contacto con la selva, y nos pedimos que nos dijeran cómo es posible sobrevivir en la selva para llenar ese vacío, colocando información que ellos nos dieron”.
“Ellos nos indicaron qué plantas se podían comer, cómo resguardarnos de la intemperie, cómo cazar un pájaro para poder comer, y creo que así fue como los niños lograron sobrevivir todo ese tiempo”, explicó el director.
¿Quiénes son los actores que interpretan a los niños indígenas perdidos en Guaviare?
Nieto contó que los hermanos Mucutuy no tendrán ese nombre en la película, pues nadie se identifica allí explícitamente, pero serán encarnados por actores naturales. “Fuimos muy afortunados de encontrar una familia indígena que nos ayudó con dos de sus hijos y también con otros dos niños de la comunidad que se pusieron a disposición y se convirtieron en los protagonistas de la película”.
Para el rodaje, el método fue relativamente sencillo, pero dispendioso: “Dijimos pongámoslos ahí, en la mitad de la selva, a ver qué hacen, cómo actúan, y estamos pendientes de filmarlos”, contó. “En ese sentido la película es un poco documental porque seguimos a los niños varios días sin decirles qué hacer. Simplemente estuvimos atentos a ver qué hacían y en algunos momentos no hacían nada, se quedaban ahí sentados como preguntándose ‘¿qué hacemos?'”.
Sobre el padre, que en la realidad enfrenta un juicio por presunto abuso a una de las niñas, el director contó que sí aparece, “pero no como lo han pintado las noticias” pues “sí es un padre que golpea a la madre, pero termina, en nuestra película, pidiéndole perdón y pidiéndole que vaya a donde él está viviendo, donde ya consiguió trabajo”.
El otro gran protagonista es el perro Wilson, que tampoco lleva ese nombre. “Sí aparece en la película y acompaña a los niños por un tiempo. Ellos se encariñan con él porque es su compañía, pero así como un día se les apareció, un día desapareció y no lo volvieron a ver”.
“El mensaje claro que quiero dejar es que los niños se volvieron parte de la selva. Mostramos pumas, mostramos micos, la fauna que hay dentro la selva. Así estaban los niños, como otros animalitos más que estaban en la selva sobreviviendo y siendo respetados por todos. No es que tuvieran miedo de que de noche se les apareciera un puma y se los comiera, porque ellos sentían, eso queríamos transmitir, que eran parte de la selva. Lo mismo esos otros animales, que estaban allá, y que estaban protegidos por los espíritus de la selva”, concluyó.
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