Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Leonardo Olaya   Ene 14, 2024 - 7:37 am
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La primera visita que desde el gobierno nacional recibieron el alcalde Federico Gutiérrez y el gobernador Andrés Julián Rendón fue de la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, quien en diálogo con EL COLOMBIANO detalló su mejor voluntad para trabajar junto a los mandatarios locales, sin distingo de su posición política, por dar mejores oportunidades de vivienda, acceso al agua potable y al saneamiento básico de los antioqueños.

“Queremos compartir lo que hemos venido haciendo desde el ministerio y escuchar sus propuestas, para ver cómo las articulamos, si impulsamos lo que viene, si hacemos ajustes y si hacemos proyectos nuevos, porque queremos trabajar desde el Ministerio de Vivienda con Antioquia”, dijo la alta funcionaria, quien no escatimó en recordar que sus raíces familiares maternas la conectan emocionalmente con esta región.

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Ministra, es muy bueno verla aquí en la ciudad, sobre todo en vista del cuestionamiento que ha habido desde los gobiernos locales no considerados petristas. Ellos han venido reclamando esa presencia del gobierno. ¿Usted tiene alguna preocupación frente a lo que se va a encontrar con el alcalde y el gobernador?

“Ninguna. Tenemos una tarea común. Que es trabajar por Antioquia, trabajar por Medellín, en lo que a mí compete, que es agua potable, saneamiento, vivienda, ordenamiento territorial y gestión urbana. Tengo claro que el pueblo los eligió y las instituciones hay que respetarlas y hay que fortalecerlas. En lo personal tendremos una gran relación y en lo político tendremos la claridad de trabajar todos, y así lo hemos hecho desde el Ministerio de Vivienda desde el primer día. Por mi parte, no hay ninguna preocupación”.

En cambio, sí ha habido una preocupación desde el sector de la construcción, pues por las mismas dinámicas macroeconómicas se viene dando una reducción de cerca del 70 % en algunos segmentos de vivienda. ¿Qué medidas contracíclicas tiene el Ministerio para mejorar esa situación?

“Hay que ver desde una manera amplia la situación cultural del sector de vivienda, y por amplia me refiero a macroeconómica: tuvimos una pandemia que tuvo un impacto serísimo en la economía nacional y en la economía mundial. Y eso impactó los ciclos de la construcción, y el último año lo que vimos fue el coletazo económico de la pandemia. ¿Cuál es la variable más importante del sector de la construcción? La tasa de interés.

En este momento tenemos unas tasas de vivienda de interés social de alrededor de 14 puntos, y la situación de las familias es que no tienen la capacidad de pagar la cuota mensual por esas tasas de interés tan altas. Esa es la preocupación que tenemos tanto en el gobierno nacional como en el sector de la construcción y en el sector financiero.

El año pasado le dimos un fortalecimiento al programa de subsidios muy importante. El primer impulso fue financiero, porque el programa estaba desfinanciado, pues no tenían las coberturas de tasa de interés, así que hicimos la gestión de adición presupuestal. El año pasado remontamos el bache del 22 y asignamos con presupuesto de 2023, 75.000 subsidios para compensar las dificultades del tiempo anterior.

Y para este año tenemos 50.000 subsidios, cifras que no se veían en la historia del programa Mi Casa Ya. Para 2024, 2025 y 2026, el plan de desarrollo garantiza 50.000 subsidios. Hay que trabajar la financiación y tasas de interés, para eso diseñamos las preasignaciones de los subsidios que se van a comenzar en febrero”.

Hay inquietudes en esta forma en la que el gobierno define los criterios para la selección de las familias beneficiarias de los subsidios. Hay una capa de la población que no tiene una alta capacidad adquisitiva, que es lo que nosotros llamamos clase media, pero para quienes conseguir una vivienda es un esfuerzo enorme, y venían contando con la posibilidad de un subsidio a la tasa de interés. ¿Habrá en algún momento algo que aliviane a esas familias y les permita acceder a la primera vivienda?

“El déficit cuantitativo de vivienda en Colombia es del orden de 1,2 millones de hogares, esas son familias que no tienen vivienda, y la disponibilidad de subsidios del gobierno nacional es del orden de 50.000 al año: necesitaríamos 24 años para superar ese déficit sin tener en cuenta el crecimiento poblacional ni los nuevos hogares. Mi Casa Ya es un programa que a este gobierno le ha gustado desde el primer día, por eso lo fortalecimos y lo ajustamos, pero los recursos públicos son escasos y ojalá tuviéramos más para ayudar más. Jamás vamos a dejar de luchar un peso para el sector vivienda”.

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¿Cómo va la implementación de las políticas de saneamiento básico y agua para Antioquia?

“Nosotros recibimos un ministerio que en materia de inversión en infraestructura de agua potable era muy modesto, con inversiones del orden de 300.000 millones de pesos al año, que alcanzaban para unos tres o cuatro proyectos en el país al año. Y la primera decisión fue aumentar esa cantidad de recursos a un billón de pesos para el año 23 y a un billón de pesos para el año 24. Para el departamento hay un paquete importante de proyectos ya validados, listos para avanzar en la financiación. Hay proyectos que están en curso que hemos seguido impulsando. Y ese es el propósito de la conversación que queremos tener hoy con el gobernador, para ver dónde ponemos nuestros esfuerzos y cómo apoyamos desde el gobierno nacional las necesidades del departamento”.

¿La preasignación de los subsidios tiene algún riesgo que haga que al final no se entreguen tantos como se espera?

“El sistema de preasignación solamente es para vivienda de interés prioritario, que es de 90 salarios mínimos, el año pasado tuvimos unos 17 mil o 18 mil subsidios de VIP. Es decir, no todos los subsidios se van por esa vía, lo que queremos es promover la construcción de vivienda de interés prioritario, garantizando el subsidio. Y la preasignación tiene una vigencia a partir del mes 12 hasta el mes 24, lo que garantiza que las familias puedan acceder a su crédito hipotecario, teniendo como respaldo el subsidio preasignado. Así que las preasignaciones se hacen para VIP y las que no, que seguramente serán muchas, no serán preasignadas y se entregarán a los demás subsidios”.

Dice el sector que esos criterios para elegir a los beneficiarios termina priorizando a las familias que no pueden tener cierre financiero, por sus condiciones económicas tan precarias…

“La manera como se contradice esa afirmación es que asignamos todos los subsidios. Entonces, qué duda hay. Hay mucha gente que necesita subsidio y los recursos públicos deben optimizarse, entonces, poner un criterio de validación de los ingresos ha sido muy importante, no solamente para que llegue a las familias más pobres, sino para evitar esos colados que realmente no lo necesitan. No es una medida en contra de la clase media”.

El año pasado reportamos que muchas familias no lograban su cierre financiero, pese a tener el subsidio, y tenían que desistir de la compra de su vivienda. ¿Eso se resolvió?

“El año pasado, a final del año, valoramos y estudiamos con cuidado muchos casos de familias que renunciaron al subsidio y averiguamos por qué, y Mi Casa Ya tiene dos partes; que son 20 o 30 salarios mínimos a la cuota inicial, y cuatro o cinco puntos durante siete años a la tasa de interés. Pero, en esas afugias financieras que recibimos desde el gobierno pasado, había subsidios a la cuota inicial, pero no había coberturas a la tasa de interés. Entonces las familias decían que lo recibían, pero cuando les llegaba el reporte de cuanto era su cuota mensual no podían asumirla. Entonces tuvimos como indispensable tener subsidio a la cuota inicial y subsidio a la cobertura, y eso alivia porque son alrededor de 300.000 pesos mensuales que ayudan en un contexto de altas tasas de interés. Ese subsidio a la tasa aplica por 7 años”.

Ministra ahora quisiera preguntarle por la política. Usted es de los pocos ministros que lleva todo el gobierno. ¿Cómo ha hecho para seguir en el puesto después de tantas dificultades con las bancadas?

“La democracia es algo interesante. Yo me considero una funcionaria pública profesional, he trabajado en el sector público toda la vida, me he formado para este trabajo, estuve en Bogotá, estuve en diferentes instancias donde he conocido el trabajo del Ministerio de Vivienda, entonces conozco, no llegué a aprender, llegué a concretar y a materializar ideas que durante toda la vida he ido armando. Yo creo que es importante entender cuál es el propósito del cambio del presidente Petro. Creo que nadie en este país, cualquiera sea su posición política, puede decir que el país está perfecto como está, hay cosas que mejorar y transformar, y la pregunta es cómo se hacen las transformaciones.

Hay que llevarles a las personas que más necesitan los elementos básicos como una vivienda o agua potable, hay que generar un cambio en esa desigualdad que tenemos. Entonces, hay que saber operar los propósitos de cambio del presidente. Yo no tengo duda de que él tiene una visión de transformación provechosa para nuestro país, que lo que él plantea es realmente mejor que lo que tenemos hoy, y a lo que yo me he dedicado, tranquila, juiciosa, sin descanso y concentrada en mis temas es a operar esas transformaciones en materia de vivienda, de agua potable y de saneamiento, que son las responsabilidades que el presidente me ha confiado. Y el día que el presidente crea que otra persona lo puede hacer mejor, o que quiere otro enfoque, en otro lugar trabajaremos, porque vivimos del sueldo”.

Usted tiene que trabajar muy de la mano con otros ministros, por ejemplo, estar pidiéndole recursos al ministro de Hacienda, ¿cómo es esa relación de gabinete?

“Muy cordial. Creo que para hacer un buen gobierno, me refiero a todas las personas del gobierno, la mejor manera en que uno puede ayudar es hacer lo que tiene que hacer. Entonces eso es a lo que yo me dedico, yo no me meto en lo que no me toca. Ahora, los recursos del presupuesto los define el presidente. El presidente es un trabajador incansable, a él le gusta el detalle, cuando hacemos los presupuestos él mira en qué está cada cosa”.

Ya que habla del presupuesto y del presidente mirando, también ha estado ordenando más ejecución presupuestal, ¿cómo va su ejecución?

“Nosotros hicimos ayer una valoración de la ejecución del año pasado, y hay que entender la naturaleza de los programas y proyectos de agua y de vivienda: en el sistema presupuestal, uno compromete recursos y luego desembolsa recursos. Tú no te imaginas en materia de agua el esfuerzo que hay que hacer para llegar a comprometer recursos, porque para eso tienes varios meses, incluso años de estructurar los proyectos. Los compromisos los hicimos todos para iniciar a darles los recursos a unos proyectos que se están estructurando, pero estos proyectos no se hacen en una vigencia, un acueducto necesita 2, 3, 4 y 5 años. Y ahí se desembolsa solamente contra resultado. Así que eso queda en reservas para el año siguiente”.

En su cartera hay otra relación clave: ¿Cómo es esa relación con Camacol?

“Camacol es un gremio muy interesante y muy importante, que tiene la particularidad de tener sedes regionales. El sector de la construcción no es homogéneo: una cosa es Nariño y otra es Atlántico y otra es Casanare y otra es Antioquia. Entonces, con el propósito de servir, de comprender y de trabajar, he encontrado un excelente trabajo en los camacoles regionales. Ha sido maravilloso, porque ahí no hay intereses políticos, ahí están los empresarios que dicen: ‘yo quiero poner ladrillos y yo quiero poner cemento, y quiero hacer un edificio, y si usted me ayuda con esto, yo hago esto, y resuélvame esto’. Y es el verdadero sector, hemos hecho una gran conversación, tengo las mejores relaciones con los empresarios en las regiones.

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Realmente, ya hablando de lo que tú quieres, sí hay que ver cuál es la aproximación que ciertos gremios tienen con el gobierno. Para el Ministerio de Vivienda no hay nada más importante que los constructores, porque son el vehículo para cumplir nuestro propio propósito, que es que haya viviendas para las familias, y estamos listos para trabajar todos los días con los ellos”.

Esta semana en EL COLOMBIANO publicamos un récord de contratos que viene haciendo la Nación con las Juntas de Acción Comunal, ¿en el tema de vivienda y saneamiento básico cómo se da ese trabajo con las juntas?

“Ya lo estamos haciendo y estamos muy contentos. Sabes del interés del presidente en este asunto y en La Guajira, departamento al que hemos estado dedicados de lleno. Allí estamos trabajando en la rehabilitación de infraestructura comunitaria, que son los molinos de las rancherías Wayuú, ahí trabajamos en coordinación con estas comunidades y ya estamos viendo resultados.

También tenemos los mejoramientos de vivienda, si uno mira la situación de la vivienda, uno ve que hay un déficit de un millón de viviendas cuantitativo, y que el déficit cualitativo, que son las familias que tienen un rancho en las peores condiciones es de casi 5 millones. Entonces nosotros estamos trabajando los mejoramientos de vivienda de manera importante a través de tres modalidades: contratar empresas como se hace siempre; trabajar en convenios con entidades territoriales; y trabajar con las organizaciones comunitarias. Esto último, lo comenzamos el año pasado y ya tenemos resultados, en una pequeña escala, donde a las organizaciones comunitarias proponen un proyecto, dicen, por ejemplo, hay que mejorar estas 100 viviendas en esta vereda con entre 12 y 22 salarios mínimos, y le vamos a poner a esta el techo, a esta el piso, a esta el baño, y así. Y estas organizaciones hacen las obras y contra entrega nosotros les pagamos, con una verificación de parte del equipo técnico del ministerio”.

¿Y ellos de dónde sacan plata para hacerlo?

“Estamos trabajando con entidades financieras, por ejemplo Davivienda, lo cual ha sido maravilloso, porque al comienzo nos decían, ‘¿y con qué respaldamos esto?’ Entonces empezamos un proyecto y les hacemos un microcrédito, que al final nosotros lo pagamos. Es algo hermosísimo, porque se juntan con pequeñas empresas, constructoras, la organización comunitaria hace la gestión social, la empresa constructora hace la inversión. Y ya tenemos resultados”.

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Ministra ¿y quién hace la interventoría?

“Hay diferentes maneras de interventoría. Nosotros estamos trabajando con un interventor, porque por supuesto en esta dispersión, en estos proyectos chiquitos, el riesgo es inmenso y es donde tenemos puestos nuestros ojos”.

Y en esta modalidad, ¿cuántos mejoramientos piensan hacer?

“Tenemos del año pasado ya 44.000 y este año son 130.000, serán 400.000 en el gobierno completo. Esta es una modalidad hermosa, porque ¿quiénes son los que trabajan en esa obra en una vereda? Pues la gente de la vereda. ¿Los materiales dónde los compran? Pues en la ferretería del pueblo. ¿Quién lleva los materiales? El señor que tiene la volqueta ahí. O sea es distribuir recursos de una manera diferente. Realmente estamos muy contentos porque esto cambia vidas. Mira, lo que yo he visto, en Sabanalarga una familia no tenía baño, me dice una señora: ‘yo antes hacía popó en una bolsa y lo tiraba al potrero, y todas las hijas adolescentes venían a mirar cómo se bañaba la niña con una totuma, ahora tengo un baño con un inodoro, con una puerta, usted no sabe cómo me cambió la vida’. Eso a ninguno de los que estamos aquí se nos ocurre, lo que es no tener un baño”.

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