Según el Banco de la República, la medida se tomó, entre otras cosas, porque la inflación anual al consumidor disminuyó en abril y se situó en 7,93%. En contraste, dice, el promedio de las medidas de inflación básica aumentó y alcanzó 6,38%.

Las expectativas de inflación de los analistas a uno y dos años se sitúan en 4,5% y 3,7%, y las que se derivan de los papeles de deuda pública a 2, 3 y 5 años entre 4,3% y 4,7%, agregó el Emisor.

También argumentó que las cifras de actividad económica mundial para el segundo trimestre sugieren que la dinámica del producto global será mayor que en el primero.

“Sin embargo, es probable que el crecimiento promedio de los socios comerciales del país en 2016 sea inferior al observado en 2015”, estimó el Emisor en un comunicado.

Así mismo, en su decisión tuvo en cuenta el incremento de la tasa de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos podría darse antes de lo previsto en meses anteriores. En este entorno, el peso y otras monedas del mundo se depreciaron.

Además, determinó suspender la venta de dólares en el mercado cambiario.

Según el Emisor, cuando la tasa de interés se sube los demandantes desean comprar menos, es decir, acuden a menos recursos en préstamo a los intermediarios financieros. Los oferentes, por su parte, intentan colocar más recursos (en cuentas de ahorros, CDT, etc.).

Pero si la tasa baja, los demandantes del mercado financiero solicitan más créditos, y los oferentes retiran sus ahorros.

LO ÚLTIMO