Este hábito, conocido como ‘Jólabókaflód’, podría traducirse como ‘inundación de libros por Navidad’, informó el portal de viajes Traveler.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la comunicación marítima se hizo complicada, por lo que la mayoría de materias primas y productos del extranjero dejaron de llegar a la isla. Sin embargo, el papel no tuvo tantas limitaciones para entrar al territorio, lo que propició el consumo de libros.

La temporada va de noviembre a diciembre, sin embargo, las editoriales publican sus novedades desde septiembre, para que los clientes se lancen a la compra desde temprano.

A comienzos de noviembre, cada casa recibe gratuitamente un catálogo anual llamado ‘Noticias de libros’, en el que aparecen los resúmenes de las publicaciones nuevas de la Asociación de Editores de Islandia. Con esto, los islandeses se pueden guiar para hacer sus compras y regalos.

El 24 de diciembre todos se reparten los libros, se meten en la cama y leen. Se prefieren los libros de papel con respecto a los ‘ebooks’.

 

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