Por lo menos 25 estudios científicos con amplias muestras clínicas, en los últimos cinco años, demuestran que el uso habitual del porno afecta cada vez más a los jóvenes, informa Semana.

Se estima que el 12 % de las páginas web tienen este tipo de material y el 35 % de todas las descargas hechas en la red contienen imágenes y videos sexuales explícitos, señala la revista.

A los jóvenes se les vuelve un desafío relacionarse, conquistar y saber cómo comportarse a la hora de tener sexo, el psicoterapeuta Andrew Smiler dijo en este medio:

Los niños adolescentes se habitúan a tener orgasmos viendo porno y creen que el sexo es algo fácil y que nadie les negará lo que pidan”.

Mientras que Angela Gregory, psicoterapeuta sexual del Hospital de la Universidad de Nottingham, afirma:

Muchos pierden sensibilidad física y psicológica a la estimulación y excitación sexual normal. Pero otros tantos, en cambio, desarrollan hipersexualidad o un deseo sexual desaforado, una conducta potenciada por el consumo excesivo de porno”.

Los expertos aconsejan que lo más importante es prevenir que los menores de edad entren en contacto con este tipo de contenidos e insisten en que se debe mejorar la educación sexual de los colegios, para que ellos enfrenten mejor ese tipo de contenidos, concluye el informe.

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