Yo he visto tener sexo a amigos míos con una mujer contratada para la ocasión. He visto incluso al novio de turno tener sexo no con una, sino con dos mujeres la noche antes de su matrimonio. He visto como tiene sexo con una mientras le mete una vela por la vagina a la otra. Perdonen la crudeza, pero es que la vida no es fácil.

Esta introducción para tratar de entender por qué el caso de Emma Alicia Paz, conocida ahora por todo el internet como ‘Lady Cuernos’ ha causado tanto revuelo.

La respuesta pasa por el cliché: somos un mundo machista. ¿Cuándo la infidelidad es noticia? Cuando quien la hace es una mujer. Aparece también en los medios si quien la comete es un famoso, pero si se trata de una pareja de pelagatos, se convierte en calamidad si quien atenta contra la estabilidad de la pareja es ella.

Somos machistas, los hombres queremos casarnos con una mujer como nuestra madre, impoluta. No en vano María tuvo a Jesús siendo virgen, jamás tocada, como mandan la Biblia y las buenas costumbres. Eso sí, en silencio queremos a una bien puta para darle por todos los agujeros. Perdón lo burdo, pero es que la vida es así de cruda.

Emma Alicia tuvo un desliz y salieron a acabarla. No la bajaron de zorra y pidieron que la quemaran. También lo hicieron muchas mujeres, a veces más machistas que los mismo hombres, que aún consideran que los roles de la mujer es parir hijos y cocinar para alimentar a su esposo cuando este vuelva del trabajo.

Hasta crearon el hashtag #TodosSomosPablo, como si esto fuera Siria o los atentados de París. No es placentero ver a la persona que uno quiere sabroseándose con otro, pero de ahí a elevar el asunto a tragedia nacional hay un trecho largo.

Y tenía que pasar en México, uno de los países más católicos y quizá el más machista. Machismo y religión van de la mano, no lo duden, ambas son plagas que han detenido el desarrollo del mundo. Pregúntele a cualquier mujer que se haya ido de fiesta con mexicanos lo aviones que son, lo acosadores y arrechos. No respetan pareja, ni la propia ni la de la acosada.

Y no se trata de estigmatizar a todo un país, que lo mismo puede decirse de Colombia, uno de los peores lugares del mundo para ser mujer, casi al nivel de los países del medio oriente. Y ni hablar de la Costa Atlántica, donde la mujer está apenas unos escalones por encima del ganado. Cuando los hombres se reúnen a hablar de mujeres se refieren a ellas como si fueran vacas.

Yo digo que Lady Cachos vuelva a llamarse Emma, que dejemos de meternos con ella, su familia y su novio y que les permitamos a los dos arreglar sus problemas en paz. Parece que se casan pese a toso, lo leí anoche. Y si no, no pasa nada, que el mundo está hecho de más compromisos rotos que consumados.

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