El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
En Necoclí (Antioquia) fue asesinado el líder social Diego Antonio Arrieta, quien impulsaba los procesos de restitución de tierras en el Urabá. Arrieta fue citado el jueves pasado para una diligencia en el corregimiento del Totumo (Necoclí), posterior a esto, en horas de la tarde, se habría perdido la comunicación y finalmente al día siguiente se confirma su muerte, por varios impactos de bala.
Su cuerpo fue hallado en La Bodega, un sector cercano al corregimiento al cual había sido citado.
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El líder social vivía desde hace 40 años en el corregimiento de San Pablo Tulapa (Turbo), se desempeñó como presidente de la Junta de Acción Comunal de este territorio en varios periodos, fue líder guardabosque y además estaba a la cabeza de varios procesos de restitución de tierras en la zona. Previamente, se le habría entregado un predio en el corregimiento como resultado de uno de estos procesos. Este terreno presuntamente estaría en disputa con empresarios madereros y terceros.
El Director de la Unidad de Restitución de Tierras, Giovani Yule, se pronunció sobre estos hechos, envió un mensaje de solidaridad a familiares, amigos y también a todos aquellos líderes que se encuentran en medio de estos procesos en los territorios. Finalmente, hizo un llamado a los grupos armados a detener la violencia y los invitó a que “caminen por el sendero de la reconciliación, que sea la palabra la que nos permite discernir nuestras diferencias”, afirmo Yule.
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Según la Unidad de Restitución, estos hechos no se presentaban en la zona desde hace varios años, además se reiteró que el líder social no tendría antecedentes. Según Indepaz, en lo que va del año han sido asesinados 183 líderes sociales y 1.591 desde la firma del acuerdo de paz en diciembre de 2016.
Pulzo complementa:
La violencia en Colombia ha sido un desafío persistente a lo largo de las décadas, y uno de sus aspectos más preocupantes es el asesinato de líderes sociales.
A pesar de avances en el proceso de paz y la reducción de algunos indicadores de violencia, el país continúa enfrentando situaciones críticas.
Los líderes sociales, defensores de derechos humanos y activistas comunitarios a menudo se encuentran en el centro de esta violencia, siendo blanco de ataques que buscan silenciar sus voces críticas y su labor en la construcción de comunidades más justas.
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