Nació en Venecia en 1725 y dejó 43 obras literarias en las que describió con profundo detalle la cotidianidad de su época, su existencia y aspectos de su vida sexual y erótica.
Además de su capacidad para escribir, Casanova tenía un gran poder seductor y se dice que tuvo 132 conquistas amorosas, de ahí que a los hombres que enamoran muchas mujeres se les conozca como ‘casanovas’.
Murió en 1798, a los 73 años de edad, pero dejó varios consejos de conquista, entre ellos, estos recopilados por el portal The Chieve.
1. Vale la pena el tiempo y el esfuerzo
“Los placeres más dulces son aquellos que son más difíciles de conseguir”.
2. Ser valiente
“Solo es necesario tener valor, la fuerza sin confianza es inútil”.
3. Poner un poco de misterio al asunto
“La mujer que mostrando poco es capaz de hacer que un hombre quiera ver más, ha logrado tres cuartos de la tarea de hacerlo enamorarse de ella, pues, ¿qué es el amor sino algo más que un poco de curiosidad?”.
4. Evitar los apegos
“He amado mujeres, incluso hasta la locura, pero siempre he preferido más la libertad”.
5. Hacer las cosas con total libertad
“Comenzaré haciendo una confesión: todo lo que he hecho en mi vida, sea bueno o malo, lo he hecho de manera libre; soy un ser libre.
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6. Controlar impulsos
“El hombre que tiene suficiente poder sobre sí mismo para esperar a que su naturaleza recupere el equilibrio, es el hombre verdaderamente sabio, pero tales seres raramente se encuentran”.
7. La belleza física y la apariencia exterior no lo son todo
“La belleza sin espíritu no ofrece más que el disfrute de sus encantos materiales, mientras que la fealdad ingeniosa cautiva por los encantos de la mente y, al menos, cumple los deseos del hombre al que ha cautivado”.
8. Está bien reflexionar sobre las relaciones amorosas pasadas
“Recordando los placeres que he tenido antes, los renuevo y los disfruto una segunda vez, mientras me río del recuerdo de los problemas que pasé y que ya no siento”.
9. La vida y el amor son el camino, no la meta
“El lector de estas memorias descubrirar que nunca he tenido un objetivo fijo delante de mis ojos, y que mi sistema, si se puede llamar así, ha sido deslizarme sin preocupación a través de la corriente de la vida, confiando en el viento, dondequiera que me lleve”.
10. El matrimonio no es bueno para el amor
“El matrimonio es la tumba para el amor”.
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