Y esto lo hizo por una carta en la que su hija le hizo reevaluar el sentido del trabajo y la vida.

Yepes era un tipo exitoso, y todos los aburridores indicadores del Bancolombia lo demuestran. Y se bajó del bus.

“A mí me decían que cualquiera con mi salario se podía retirar, pero estando en esa posición tal vez lo más fácil era quedarse y seguir acumulando…”, dijo a El Tiempo, a propósito del lanzamiento de su libro ‘Por otro camino’, en el marco de la Feria del Libro de Bogotá.

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Pero Yepes lo hizo y explica que lo logró gracias al desapego, “el estado en el que una persona supera su lazo de unión al deseo por las cosas, personas u objetos existentes”.

Yepes se desapegó del poder, lo material, el dinero… no tiene fincas ni monta a caballo.

“Yo sabía lo que quería y soy un tipo de una vida austera, vivo tranquilo y necesito muy poquito para vivir feliz”, dijo.

Yepes reconoce que tuvo miedo, en especial por el futuro de sus hijos. Miedo a que los ingresos para la casa llegaran a faltar.

“En vez de salir a comprar propiedades me recogí y con mi esposa empezamos a enfocarnos en el ahorro”, agregó a El Tiempo.

Yepes cree que su historia puede ser la de otros muchos y en el último capítulo de su libro propone unos interrogantes que cualquier se debería formular: ¿qué le gusta hacer? ¿Con quién le gusta estar? ¿Qué cosas lo hacen sentir feliz? ¿Cómo se ve en 10 años?

Es probable que esas preguntas lo lleven a usted a renunciar al trabajo para ser feliz.

Eso, precisamente, es lo que Yepes resume en su libro ‘Por otro camino, de regreso a lo humano’, donde habla de un cambio de mentalidad en las relaciones entre las personas con base en el respeto y la confianza.

También habla, como lo expone la revista Semana, de la posibilidad del ser humano de lograr resultados superiores cualitativos y cuantitativos, e incluso repensar el concepto de la rentabilidad. Y no deja de lado los consejos para los empresarios, a quienes les insta a volver al lenguaje amable y respetuoso.

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