Para responder esta pregunta, la organización Lactancia asegura que la cirugía de aumento de senos aumenta el riesgo de lactancia insuficiente, es decir, que el espacio de almacenamiento y producción de leche se reducen.

Y este no es el único problema; dependiendo del tipo de implante y procedimiento quirúrgico que se haya realizado, es posible que al momento de amamantar la mujer sienta un fuerte dolor y presión sobre el seno, que pueden desarrollar problemas mayores.

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La inflamación de las glándulas mamarias es un cambio normal durante el embarazo, pero puede ser más incómodo por los implantes, que si se descuidan podrían salirse de su posición. También se corre el riesgo de desarrollar enfermedades como hipoplasia mamaria (crecimiento irregular) y  galactorrea (secreción de leche fuera del periodo de lactancia).

A pesar de esto, si no se presentan ninguno de estos síntomas es importante consultar al médico durante y después del embarazo, para que ni la producción de leche disminuya, ni las enfermedades aparezcan, con esto, se evitarían problemas tanto para la madre como para el bebé.