Se cree que el ponqué llegó allí con el explorador británico Robert Falcon Scott, que visitó la inhóspita zona entre 1910 y 1913. El postre fue encontrado envuelto en un papel y con restos de una lata de estaño. Tal vez por eso se conservó tan bien, al punto que los científicos del Antarctic Heritage Trust que hicieron el hallazgo, dijeron que está en “excelentes condiciones”, informa Nat Geo.

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El postre fue fabricado por la empresa británica Huntley & Palmers, y fue abandonado por la expedición Northern Party, que se refugió en la mencionada cabaña construida por el equipo noruego de Carsten Borchgrevink, en 1899. Desde 2016 se han hecho excavaciones en la pequeña construcción.

Lizzie Meek, directora del proyecto de investigación, explicó:

“El ponqué de frutas era algo popular en la sociedad británica de la época, y permanece así hasta nuestros días. Vivir y trabajar en la Antártida suele llevar a altos antojos de alimentos ricos en grasa o azúcar, y el ponqué de frutas se ajusta bien a eso, sin contar que podría ir muy bien con una taza de té”.

Antarctic Heritage Trust continuará con las investigaciones en la cabaña, que representa el único ejemplo de la primera construcción hecha por seres humanos un continente. También seguirá con las tareas de conservación, patrocinadas por el gobierno de Noruega y el Museo Canterbury, agrega la página de la organización.

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