Los investigadores trataron a 38 hombres que habían sido diagnosticados con trastornos que causaban una disminución del deseo sexual; la mitad de ellos pasaron media hora diaria frente a una lámpara que proporcionaba luz brillante, y los demás con una lámpara con mucha menos luz, informa BBC.

Dos semanas más tarde, descubrieron que quienes habían sido tratados con la luz más brillante habían aumentado sus niveles de testosterona y gracias a esto habían triplicado sus niveles de satisfacción sexual, mientras los del otro grupo habían permanecido casi iguales.

La lámpara utilizada en el estudio es similar a la que se utiliza para tratar la depresión en algunos casos y comprende tubos de luz fluorescente de por lo menos 10 veces la intensidad de los bombillos comunes para el hogar.

Este tratamiento busca simular la exposición a la luz solar, que influye en el ánimo, el apetito, el sueño, el deseo sexual, la temperatura y el nivel de actividad.

De acuerdo con The Independent, es por esta razón que algunas personas en el hemisferio norte experimentan trastornos depresivos que se desarrollan en la época de invierno, entre noviembre y abril debido a la reducción de luz solar en esta época.

“Todavía no estamos en la etapa en la que se puede recomendar esto como un tratamiento clínico. Sin embargo, si la eficacia de este tratamiento se puede demostrar en un estudio más grande entonces la terapia de luz puede ofrecer un camino a seguir”, dijo el profesor Andrea Fagiolini, quien lideró el estudio.

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