“Muchos de nosotros, hemos conocido casos de amigos, familiares o allegados, que necesitan de un crédito para financiar sus sueños o sus necesidades, pero, desafortunadamente no tienen como sustentar la capacidad de pago y mucho menos los ingresos para la línea de crédito con el banco”. Para ello, existen personas que ayudan a solucionar su necesidad con un juego nocivo para el sistema financiero colombiano. Este juego, consiste en entregar unos datos básicos personales y si actualmente cotiza o no prestaciones sociales. Con estos datos podrán iniciar el proceso de solicitud de crédito”.

La necesidad o el deseo nos llevan a cometer errores con un dinero que no nos pertenece. Esta necesidad seduce de manera rapaz a aquellos personajes oscuros que atentan contra del sistema financiero, bajo una solución simple para ellos: falsificar documentación, sea de empresas legalmente constituidas que se prestan para la operación, o también de empresas públicas, donde la verificación se hace difícil para el Banco, y este mismo confiado entrega su dinero.

El funcionamiento de estas bandas para falsificar y estafar al sistema financiero colombiano, así como a los incautos, que piensan que la salida para su necesidad económica es la de pasar documentos fabricados por estos ‘Robin Hood’, está tomando auge desde hace varios años en Colombia. 

Hoy en día, existen empresas registradas legalmente, dedicadas a esta labor comercial de perfiles falsos, tipificando más delitos aparte de los ya mencionados, como el enriquecimiento ilícito, por medio del delito de estafa, lavado de activos, financiamiento del terrorismo y/o testaferrato; aumentando así, la lista de delitos escondidos dentro de la figura “¿necesita dinero? – Nosotros le ayudamos”.

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El negocio inicia con algo simple, su necesidad económica que requiere un préstamo bancario. En gran parte, estas personas no cumplen con la capacidad de pago suficiente para cubrir el valor de la cuota mensual, y otras se encuentran reportadas de manera negativa en las centrales de información comercial y financiera, como CIFIN o DATACREDITO. Allí es donde, el cliente y la banda de falsificadores trabajan de la mano, y así lograr su objetivo “sacar un préstamo”.

Así como lo hace un ejecutivo de un banco, el falsificador perfila el cliente en cuanto a su información personal, salario, nivel educativo, ocupación, cotiza o no salud (información suministrada por la página web de FOSYGA o SISPRO), está o no reportado negativamente en las centrales de riesgo y el valor de su necesidad.

Cuando ya está perfilado dicho cliente, el falsificador que posee una empresa registrada en Cámara y Comercio, tiene también contadores públicos a su servicio, al igual que, funcionarios en las entidades financieras o tienen empresas asociadas igualmente registradas, hacen la propuesta económica al cliente, donde le cobran sus servicios de:

  • Perfilamiento bancario, aquí se determina para que entidad financiera es viable el cliente.
  • Certificación Laboral, Contratos Laborales o Mercantiles y de Prestación de Servicios, de entidades privadas o públicas.
  • Recibos de Nomina, ordenes de cobro, facturas, etc., perfectamente liquidados.
  • Extractos Bancarios pre-impresos, a los cuales le ingresan la información requerida según su cliente.
  • Certificados de Ingresos y Retenciones.
  • Actualización de RUT o creación del mismo.
  • Declaraciones de Renta.
  • Balances Generales, Estados de Ganancias y Pérdidas.
  • Contratos de arrendamiento de predios no existentes.
  • Certificados de Tradición y Libertad, para vivienda o vehículos.
  • Y todos los demás documentos solicitados, por la entidad bancaria, al momento de firmar su solicitud de crédito.
  • Si se encuentra reportado negativamente, existen personas que, por una comisión, borran su historial y aumentan su scoring de crédito. Dejándolo en limpio al momento de su solicitud.

Dicho cobro, se realiza en 2 fracciones en la mayoría de casos, siendo el inicial por perfilamiento y fabricación de documentos (valor que va desde los $300.000 hasta los $2.000.000), y otro sobre el valor desembolsado que esta entre un 3% hasta un 20%, dependiendo de la avaricia de cada tramitador.

Al pasar los documentos, en su gran mayoría estos falsificadores, contactan y persuaden a funcionarios y representantes de cada una de las entidades financieras, ofreciéndoles dinero o participación porcentual por su gestión al radicar la solicitud del cliente, o peor aún, toman al funcionario “de gancho ciego” en la red de oficinas o con ejecutivos externos de las entidades bancarias.

Dentro del proceso de análisis de la solicitud, los falsificadores son informados de los movimientos en cada una de las etapas de crédito, aprovechando la información para beneficio propio y del cliente. Así mismo, al momento del desembolso, estos criminales, acompañan a su cliente para retirar la comisión cobrada por su falsificación y en muchos casos robar mediante el delito de fleteo o secuestro exprés a sus mismos clientes.

Esto no es solo un llamado de alerta al sector financiero, sino a usted como ciudadano del común, al cual, le puede fallar su conciencia, la misma que podría caer en manos criminales, por su afán de tener un dinero que no podrá pagar por falta de recursos. Si no también, llenara los bolsillos de manos criminales por su ingenuidad e inconciencia financiera, pues, los tramites en una entidad financiera en su mayoría son gratuitos y sin intermediarios.

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