El Desafío es quizá uno de los formatos más exitosos en la televisión colombiana y eso queda demostrado cada año cuando se anuncia una nueva temporada y el rating que obtiene el programa desde hace más de una década, manteniéndose siempre imbatible en la codiciada franja triple A.

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Pese a las voces en contra y el sinfín de quejas que llegan como de costumbre a la defensoría del televidente del canal Caracol, relacionadas con los enfrentamientos de convivencia en los que se enfrascan en ciertas ocasiones los participantes y que sacan de inmediato a flote comportamientos verdaderamente reprochables, palabras altisonantes, choques de egos y ese recalcitrado regionalismo, sin duda, los colombianos pasan cada noche un rato ameno viendo las competencias de
estos seres anónimos, que saltan a la fama como efímeros héroes o detestados villanos.

La más reciente temporada a la que han llamado ‘Desafío Súper Humanos, Cap Cana’, no ha sido la excepción y sus participantes han dado de qué hablar de manera positiva y negativa, ya los televidentes han perfilado claramente a sus héroes y a los vilipendiados villanos.

Unos gozan de mayor protagonismo que otros y aunque se marcan los
favoritismos, nada está escrito en esta competencia donde no siempre gana el más fuerte físicamente, sino aquel que logra mantenerse con astucia, y ‘songo sorongo’, aprovecha al máximo las oportunidades que se presentan, acompasadas también de suerte.

Canal Caracol

El participante Óscar López, integrante inicial del equipo de los vallecaucanos, ha ganado gran protagonismo por las situaciones enfrentadas desde su ingreso al equipo de los santandereanos, donde se hizo acreedor a una presunta injusta animadversión de la mayoría de sus integrantes y quienes lo han sometido a reprochables retaliaciones ya conocidas por los seguidores del programa, que dejan mal parados a los representantes de esa región del país.

Pese a todos los escollos, Óscar López tiene récord superando desafíos a muerte y resucitando de las cenizas como el Ave Fénix, debatiéndose aun entre odios y amores y una faceta aun desconocida por los televidentes y que los santandereanos eventualmente conocieron y por la cual lo declararon persona no grata, como lo afirmó en una entrevista reciente el exparticipante José Vargas.

Aseveró el eliminado que el vallecaucano manejaba un doble discurso y pretendía siempre indisponer a los integrantes del equipo santandereano (divide y reinarás) además de que muchas cosas positivas surgidas en la convivencia, por la edición misma del formato no se han mostrado. La víctima no es tan víctima como parece.

Podríamos decir que, ante los televidentes, se catalogan como los villanos del ‘Desafío Súper Humanos, Cap Cana’, al grupo de los santandereanos, a la cabeza de Andrea Fernández y se les une el costeño sobreviviente, Alejandro Abomohor alias “Pitbull”, quien determinó de manera impulsiva quitarle las tarjetas con dinero que le había obsequiado a Óscar, actitud que los televidentes y cibernautas no dudaron en reprochar tajantemente.

La otra cara de la moneda, la más afable que se ha logrado proyectar hasta el momento ante cámaras, la constituyen los integrantes del equipo de los cafeteros a la cabeza del matrimonio integrado por Camila López y Luis Giraldo, quienes se han perfilado como los más imparciales, genuinos y fuertes de los participantes, aunándoseles el paisa Mateo Carvajal, con sus loables muestras de desprendimiento y compañerismo, erigiéndose como otro de los contendores más aguerridos, dispuesto según su discurso, a colaborar a toda costa para que su compañero Héctor Murillo, otro noble y humilde participante, se convierta en el ganador de este desafío.

Quien viene avanzando sin mayor esfuerzo y gracias al romance que mantiene con John Jairo Mosquera , alias “Gago”, otro de los tesos de la competencia, es la paisa Valentina Ortiz, quien debe valerse de cualquier artilugio diferente al amor, para no ser sacada de la competencia por Alejandra Cañizares y Natali Gómez, quienes guardan esperanzas de llegar a la gran final, pese a lo adverso del panorama.

El reflejo del microuniverso de este desafío, es el mismo de lo que
acontece en cualquier entorno cotidiano, una oficina, una casa, una gran empresa, un grupo político, una secta religiosa, un colegio, etc., ya que la convivencia humana siempre será muy compleja, a veces predecible, en la que se debaten constantemente disimiles sentimientos que erupcionan como volcán dormido y se apaciguan para sorprender como destructivos tsunamis.

Cuídame Dios de las aguas mansas, que de las bravas me cuido yo, dirán algunos por ahí. A buen entendedor, pocas palabras.

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