Este miércoles se llevó a cabo un nuevo paro de taxistas en Colombia y, como ha pasado en ocasiones anteriores, los señores de los carros amarillos no consiguieron la solidaridad de los colombianos; es más, el rechazo al gremio aumentó.

Aunque algunas de las solicitudes de los taxistas son válidas, su violenta forma de actuar e intimidar hace que sea difícil ser solidarios con ellos.

Gracias a que hoy en día la gran mayoría de las personas tiene la posibilidad de grabar de forma instantánea lo que ocurre en las calles, los colombianos fuimos testigos de la cobarde y violenta forma como los taxistas atacaron a sus colegas que decidieron salir a trabajar. Piedras, insultos, bloqueos y hasta huevos recibieron conductores que no hicieron parte del paro y salieron a las calles a prestar su servicio.

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Si esa es la forma como lo taxistas tratan a su gremio, ¿cómo esperan que los ciudadanos de a pie confiemos en que a nosotros nos van a tratar con el respeto que merecemos?

Y, lastimosamente, esas no fueron las únicas demostraciones de violencia e intolerancia que se vieron durante las manifestaciones del miércoles. Un video que corre en redes sociales muestra a Hugo Ospina, uno de los líderes de estas protestas, organizando una cacería de brujas en contra de los conductores que trabajan con Uber.

En resumidas cuentas, este señor, en vez de hablar con los taxistas y generar estrategias para mejorar el servicio y ganarse de nuevo el corazón de los colombianos, terminó coordinando un operativo para detener a quienes ayudan a movilizarse a miles de personas todos los días en el caótico tráfico bogotano.

Una actitud que, apenas obvio, genera rechazo entre los ciudadanos. Si de verdad está tan interesado en combatir la ilegalidad, ¿por qué no comienzan por denunciar ante la policía los taxistas que no respetan las señales de tránsito, los que cobran de más, los que deciden no prestar el servicio porque no les gusta el destino?

Y por último, como para no alargar esto, es muy difícil ser solidario con los taxistas después de ver cómo trataron al periodista de Pulzo que se atrevió a hacer preguntas incómodas. Como pueden ver en este video, en medio de la marcha que se acercaba a la Plaza de Bolívar de Bogotá, un periodista fue golpeado por un hombre que marchaba al lado de Ospina.

Esto ocurrió luego de que las personas que marchaban señalaran al comunicador como enviado de Uber por hacer preguntas incómodas y no las que los taxistas querían responder. Es muy difícil ser solidario con los taxistas luego de ver cómo tratan a las personas (a pesar de tener una cámara al frente… ¿Se imaginan lo que hacen cuando nadie los graba?)

Aclaremos que no todos los taxistas son iguales. Hay muchos buenos, que hacen las cosas bien y que prestan el servicio de la mejor forma posible. Sin embargo, también los hay violentos, desadaptados y que se creen dueños absolutos de las calles de este país.

Esos, los malos (que, siendo sinceros, no son solo el 1% como dice Ospina), tienen jodido al gremio y no se han dado cuenta que el éxito de Uber u otras plataformas es culpa de ellos. Nadie quiere pagar más por moverse porque sí; la gente está dispuesta a pagar más por un servicio de calidad y, en especial, que no intimide.

En resumen, es muy difícil ser solidario con los taxistas.

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