Una opinión favorable también debe tener espacio en una columna, como reseña, como crónica, como comentario.

Y esta vez, en lugar de garrote, va zanahoria va para la alcaldía de Enrique Peñalosa y su anónimo alcalde local de Chapinero.

Después de muchos escritos y peticiones, la autoridad distrital decidió arreglar, no reparchar, sino hacerlo a fondo, la calle 71 entre carreras 5 y 7. En plena zona financiera, donde se aportan millones de pesos en impuestos, la decisión de reparar la vía superó los tropiezos que sin duda se habían presentado.

Andrés Piñeros

En cerca de seis semanas, se levantará lo poco de capa asfáltica que quedaba. Con una gravilla especial y a profundidad se recuperará una calle que más parecía de herradura y no una importante vía de segundo nivel.

Observando, día a día, la labor de ingenieros y obreros es evidente y enorgullecedor apreciar que en Bogotá sí se pueden hacer trabajos a profundidad, con calidad y en tiempos prudentes.

Como dice el refrán: “una golondrina no hace verano”, pero este puede ser el primer paso para que la ciudad empiece a transformarse. El beneficio no se puede limitar sólo a las zonas más deprimidas. En este caso es una calle por donde pasan vehículos y transeúntes de todos los estratos.

No sé qué estará pasando en otras zonas de la capital, pero lo que si tengo claro es que obras como ésta generan optimismo y hacen creer que Bogotá sí puede recuperarse, haciendo poco a poco arreglos que la hagan más vivible, más amable.

No es claro cuál es el orden que tiene el Distrito para recuperar la malla vial, pero al menos en la zona de la Cabrera, el Nogal y Rosales parece que se está comenzando a desarrollar una recuperación de la capa asfáltica, y en varios casos desde el fondo de la estructura.

Y como ocurre con los arreglo, en este momento empezaremos a descubrir por oriente y occidente, por norte y sur, las profundas necesidades de arreglo y, mejor aún, reconstrucción que requieren nuestras vías. Tal vez esto sea un aliciente para todas las veinte localidades de la ciudad, que deberán competir por tener las vías que nos merecemos.

De otro lado, si la alcaldía de Peñalosa comienza a adelantar con entusiasmo y dedicación la recuperación de la malla vial, en todos sus niveles, creo que deberá merecer una segunda oportunidad y el apoyo para seguir cambiando la cara de Bogotá.

Las vías y en general las obras públicas no son las únicas actividades de una administración. Los servicios públicos, la educación, la salud y los temas ambientales, entre otros, también deben ser prioritarios; sin embargo, el cemento y el asfalto son actividades que permiten medir el accionar de los gerentes de una ciudad.

Bogotanos, vecinos, coterráneos, seamos justos, observemos a nuestro alrededor, si la ciudad está avanzando, si las obras públicas se desarrollan, si hay una “Bogotá mejor para todos”. Portales y redes sociales son las ventanas, las mejores tribunas, para participar de manera justa y equitativa en la percepción de nuestra ciudad. Revocar por revocar, dejarse llevar por las estrategias de políticos, por la actitud negativa del bogotano promedio, no es saludable.

Algunos me criticarán y dirán que estoy favoreciendo al alcalde Peñalosa. Puede ser, pero creo que lo importante es que nuestra ciudad avance, que se transforme, para la alegría y el beneficio de todos.

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