River Plate contra Boca Juniors, el partido que todo el continente (y gran parte del mundo) quería ver, se va a donde viven quienes ganan euros. La violencia, la maldita violencia que tanto daño le ha hecho al fútbol, volvió a hacer de las suyas y dañó lo que podría haber sido una fiesta hermosa de la que todos queríamos hacer parte.

Y la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿nos quitaron la final de Copa Libertadores o la regalamos? ¿Que el River-Boca se vaya para el Santiago Bernabéu, de Madrid, es culpa de la Conmebol o de los personajes que le tiraron piedras al bus ‘xeneize’?

Para mí, hay culpa de lado y lado. Los barrabrava, aquellos que muchos idolatran por el color y ambiente que le dan a un partido de fútbol, se cagaron en lo que tanto se supone que ellos aman. Los idiotas que no supieron controlarse cuando vieron pasar un bus con jugadores de fútbol del equipo visitante son los principales culpables de que se nos vaya para Europa el River-Boca.

¿Qué tiene en la cabeza un tipo que le lanza una piedra a un bus lleno de seres humanos que usan una camiseta de fútbol de un color que no es el que a ellos les guste? Jamás entenderé esta forma de actuar, sin embargo, no nos podemos decir mentiras… Estos son los principales culpables de que la fiesta de la Copa Libertadores haya tenido que viajar a España para poderse llevar a cabo.

Por su parte, la Conmebol, aprovechando la estupidez cometida por los violentos (violencia que se ve en la gran mayoría de los estadios del continente), vendió la final de la Copa Libertadores al mejor postor. El máximo ente futbolístico de América armó una subasta donde participaron ciudades como Miami, Doha, Asunción y Madrid, entre otras. En búsqueda de dólares, los señores de corbata decidieron poner en venta la final y encontraron quién pagara lo suficiente por ella. Madrid ganó y la Libertadores, irónicamente, se va para el país de los conquistadores; una vergüenza. Para la Conmebol el dinero fue más importante que los hinchas, eso quedó muy claro.

Nuestra Copa Libertadores, la que nos hace sacar pecho de orgullo en este lado del mundo y que solemos decir que es mejor y más difícil que la Liga de Campeones, se va a definir en otro continente. Nos conquistaron la Libertadores y gran parte de la culpa es de los hinchas que no supimos apreciar el hermoso evento que teníamos en las manos. A punta de piedras y gas pimienta, los violentos le dieron una oportunidad de oro a la Conmebol para que cambiara la pasión por dinero. En resumen, como lo dijo en un video Dani Alves, “jugar el Boca-River fuera de Sudamérica es la vergüenza más grande que he visto”.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.