El establecimiento americano tiene entre ojos al monopolio de Facebook y a su dueño Mark Zuckerberg,

El futuro de Facebook es incierto. Y no es por arrancar con una frase atrayente. Es una realidad de la que poco se está hablando. Resulta que, el establecimiento gringo sacó de sus consentidos a Facebook, y comenzó una batalla política y judicial de magnitudes estratosféricas.

La noticia más reciente es que, la Fiscalía General de Nueva York, que lidera una investigación contra Facebook, informó que ya son 47 los estados que investigan si la red social más grande del mundo violó la ley antimonopolio y si realmente garantiza la protección de los datos de los consumidores. Acá más detalles.

La otra novedad, esta sí es más política, es que la candidata por el Partido Demócrata, Elizabeth Warren, básicamente tiene entre ojos a Facebook. Warren asegura que “es necesario reestructurar a Facebook, porque es un monopolio”. No olvidemos que el amigo Zuckerberg es dueño de Instagram, WhatsApp y ahora que sacó su propia criptomoneda (la lira) está amenazando a cuanta industria se le atraviese.

Hace algunas semanas, el medio estadounidense The Verge filtró un audio confidencial de Zuckerberg en el que hablaba en un evento interno con sus empleados. Dijo, literalmente, “alguien como Elizabeth Warren piensa que la solución es desmantelar las empresas. Si ella es elegida presidenta, apuesto a que tendremos una combate judicial y apuesto a que ganaremos”.

El hombre remató con un “¿esto apesta para nosotros? Sí. No quiero embarcarme en una gran demanda contra nuestro propio gobierno. Pero al final, si alguien intenta amenazar algo existencial, vas al combate y das la pelea”.

Mucha tela para cortar. Por un lado, la rama judicial de Estados Unidos tiene una tesis concreta: Facebook es un monopolio y es necesario disolverlo. Por el lado de los políticos, la tesis se acerca más al usuario y están comenzando a vender a Facebook como un malvado pulpo que se mete en todos los aspectos de nuestras vidas. Y alguien tiene que controlar este monstruo antes de que se apodere de toda la información de miles de millones de seres humanos (creo que ese barco ya zarpó).

Por ahora, la batalla se está librando en silencio. Los lobistas y los abogados de ambas partes (el establecimiento y Facebook) se están moviendo para frenarse unos a otros. Y en el medio, está el presidente Trump que, para variar tiene un doble discurso: mientras que públicamente defenestra de esta red social, por considerarla “progresista”, día a día invierte miles de millones de dólares en publicidad en esta plataforma.

La pregunta es ¿qué pasará con los usuarios? Yo sí me atrevo a vaticinar algo. Para 2022, el gran conglomerado Facebook se tendrá que disolver. Eso, en cristiano, significa que Instagram y WhatsApp volverán a ser organizaciones independientes, con juntas directivas propias y que, por sobre todas las cosas, no se podrán compartir los datos de sus usuarios entre unos y otros.

Para los usuarios de Facebook, WhatsApp o Instagram, honestamente, estos cuentos o intríngulis políticos y judiciales no son muy atrayentes. Un estudio señala que, se necesitarían casi 35 años para que Facebook se quedará sin usuarios. Una locura. Esto quiere decir que estas redes ya son parte de nuestras vidas y así seguirá siendo de aquí en más.

Pero no deja de ser interesante ver cómo los gobiernos comienzan a ver las garras del monstruo que ayudaron a crear, ya sea porque lo subestimaron o porque simplemente nunca lo entendieron. El único vaticinio es que los tres gigantes se van a separar y ahí volveremos a hablar.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.