Desde sus orígenes inspirados en las bucólicas melodías del blues y el sonido estilizado del jazz en el suroriente norteamericano a mediados del siglo veinte, el rock ha sido un catalizador para la sociedad moderna, cumpliendo un rol contestatario en la política y religión; pero también definió un modo de vida distinto que clama por la igualdad y tiene como objetivo elemental el encuentro de jóvenes de diferentes corrientes, es un escenario único marcado por la contracultura.

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Es normal, incluso hoy en día, ver la estigmatización que se tiene hacia las personas que escuchan rock en cualquiera de sus muchas versiones, ya que se ha asociado a este tipo de música con conductas políticamente incorrectas que van en contra de lo que la sociedad ha establecido.

El rock es un estilo de vida que va más allá de sentirse atraído por el sonido estridente de la guitarra, el bajo y la batería; es más bien una filosofía y por tanto no compagina con muchos de los dogmas que se ha profesado, por eso ha sufrido toda suerte de satanizaciones al ir en contra de la mayoría de fundamentos religiosos.

Muchos han basado los señalamientos hacia el rock en su mismo surgimiento, al provenir del paganismo en las vastas plantaciones algodoneras de New Orleans, donde los esclavos negros traídos de África, usaban como ritual durante las arduas jornadas de trabajo, cantar e interpretar instrumentos rezagados después de la guerra.

La mayoría de fanáticos religiosos son enemigos del rock, por eso lo ven como sucio, inspirador de pecado, lujurioso, apóstata y satánico; si el comunismo era el enemigo a vencer para la religión hace algunas décadas, hoy en día es el rock.

Latinoamérica ha sido gestor de grandes movimientos sociales sobre todo en el cono sur, y en todos estos estuvieron presentes agrupaciones de rock que contestaban con música a las balas que disparaban las dictaduras; como la iglesia católica sudamericana siempre sostuvo una posición pasiva y casi aprobatoria hacia los regímenes militares, muchas bandas de rock sobre todo en Chile y Argentina fueron censuradas.

A pesar de los movimientos conservadores que quisieron erradicar todo foco que sonara a rock desde los años cincuenta, este sonido se impuso y es hoy en día un referente social y sonoro para los jóvenes en todo el mundo.

Aunque aún se siga generalizando a los “rockeros”, encasillándolos con un modo de vida desordenado donde las drogas y el alcohol son pieza fundamental, la sociedad moderna evoluciona y cada vez son menos los juzgamientos hacia un estilo de vida libre, que impulsa desde todos sus géneros, cambios positivos, respeto por las personas, los animales, y el medio ambiente; a diferencia de otros ritmos musicales que promueven el machismo y la misoginia.

Larga vida al rock.

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