Hoy me interesa compartir algo de historia del sexo oral, pues uno de mis lectores se puso en contacto conmigo para que le dedicara una columna en este tema, que desde siempre he abordado con toda la naturalidad del mundo, y que considero que puede ser de utilidad para la felicidad sexual de quienes tengan oportunidad de leer esto.

El sexo oral tiene dos formas: la felación (para el hombre) y el cunnilingus (para la mujer) 

La primera forma se ha documentado desde ‘El libro de los muertos de los egipcios’. Según se cuenta, Isis despertó a su fallecido esposo Osiris con una felación, y no sólo lo regresó a la vida, sino que concibió a Horus en un acto que seguramente podría considerarse tan mágico como sexual. ¿Qué maromas habrá tenido que hacer Isis para resucitar a su amado Osiris cuando lo habían desmembrado en catorce pedazos y del que ella encontró misteriosamente su falo, el mismo que decidió introducir en su boca?

Y de entre todos los egipcios la gran Cleopatra se fue al otro mundo siendo conocida como la felatrice más impresionante de la que se haya documentado la literatura del sexo oral, diciéndose que en una noche era capaz de darle sexo oral a cien soldados, apodada Merichane’, que quiere decir ‘La boca de diez mil hombres’ o como ‘Chelión’, que significa ‘La de los gruesos labios’. Mucho se especula de la grandísima Cleopatra, pero lo cierto es que sobre estos soldados se cuentan muchas leyendas, y una de ellas es que eyacularon en una copa de oro que ella solita se bebió.

Aunque los griegos no le dedican demasiada literatura al asunto, al parecer el sexo oral que más se apreciaba en aquella época era la irrumación, que consiste en que el pene no se mueve pero es introducido en la boca juguetona de quien lo va a estimular.

En cuanto al origen del cunnilingus, nos trasladaremos a la cultura china para conocer a la inusual emperatriz Wu Hu (Wu Zetian) que llegó al harén del emperador Taizong, con catorce años y que, a la muerte de este, siguió siendo parte del grupo de esposas, generando una tremenda polémica por haber sido concubina del padre y del hijo.

Pero lo más curioso de Wu Hu fueron sus medidas para establecerse como emperatriz poderosa en palacio, siendo la única que haya sido reconocida como mujer que ocupó el trono de China. 

Si bien para ella la felación era denigrante para las mujeres, y prohibió su práctica, que por aquel entonces era ampliamente practicada en su reino y en su lugar decidió que todo dignatario que viniese a verla a su palacio tendría que darle un cunnilingus, y se cuenta que si no conseguían hacerla llegar al orgasmo, no los escuchaba.

Hasta los 72 años Wu Hu conservó un haren masculino con muchachos para complacerla en sus gustos.

The Journal of Sexual Medicine descubrió que solo el 55% de los hombres en el rango de 20 a 24 años de edad admitió dar sexo oral en el último año, en comparación con el 75% de las mujeres que sí lo hacían.

En el rango de edad de 30 a 39 años, el 69% de los hombres ofrecía sexo oral a mujeres en comparación con el 59% de las mujeres. Este patrón sugiere que cuanto más años pasan, más recíproco se es en el sexo oral.

Dentro de los beneficios que trae la práctica del sexo oral puedo citar los siguientes: estrecha el vínculo de las parejas, evita las enfermedades cardiacas, mejor la calidad del sueño y evidentemente ayuda a que los amantes que lo practican sean más felices y tengan mayor intimidad entre ellos.

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