No es una novedad que el puesto del guardameta es el más ingrato del fútbol, pero la situación se visibiliza más cuando la fortuna le da la espalda a dos de los más grandes del momento.

Ya lo dice Eduardo Galeano en su magnífico libro ‘El Fútbol a sol y sombra’, el portero “bien podría ser llamado mártir, paganini, penitente o payaso de las bofetadas. Dicen que donde él pisa, nunca más crece el césped”.

Buffon por más de 15 temporadas viene teniendo un nivel excepcional, pero pocas veces se le reconoce su labor. Es verdad que ganó un Mundial y más de una decena de trofeos locales, pero le falta la codiciada Champions League que se le escapó por tercera ocasión.

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Un Real Madrid altamente efectivo, comandado por un monstruo llamado Cristiano Ronaldo, le dañaron la ilusión y también sus excelentes números hasta antes de ese partido: 11 partidos jugados y solo 3 goles recibidos… En la final le clavaron cuatro.

También antes del duelo por la ‘Orejona’, el eterno ‘Gigi’ aparecía en las apuesta para llevarse los reconocimientos del mejor del año, como por ejemplo el Balón de Oro. No obstante, como ya hicieron hace dos años, por ser subcampeón puede que los ‘expertos’ de la Fifa o de la France Football no lo tengan ni el listado de los mejores 30. Ojalá no suceda.

Otro caso es el del costarricense Keylor Navas que no alcanzó la gloria ni siquiera ganando la Champions, en la que fue uno de los héroes (solo recuerde las paradas en los primeros diez minutos de la final).

Dos años atrás, cuando el Real Madrid no gozaba de la bonanza actual, le querían traer reemplazo: el español David de Gea, otro sensacional portero. Por errores burocráticos y de comunicación no se dio el traspaso y Keylor que llevaba apenas un año siguió como el cancerbero elegido.

En este tiempo el ‘Tico’ se ha dejado hacer goles bobos, como todos los arqueros, pero son más las increíbles atajadas que ha hecho. Por supuesto, lo que le recuerdan más son sus errores. Eso, unido a que no tienen el perfil del arquero líder, tiene como consecuencia que nuevamente vuelva a aparecer la opción de De Gea para arrebatarle su lugar.

Estos son solo dos historias que ilustran lo cruel que es el fútbol con esos ‘locos’ que escogen defender el arco con su cuerpo como su opción de vida. Larga vida para todos y ojalá sigan naciendo más de los grandes.

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