En materia de créditos con entidades financieras, en muchas ocasiones pecamos de ciegos por el afán constante de cubrir una necesidad económica, maquillada con un trasfondo de aparente atención preferente y una tasa de interés que solo se le fue otorgada por ser cliente, y que usted como consumidor con derechos, ha caído en un juego de palabras y conquista económica donde la situación es impartida desde su Ejecutivo Comercial del Banco.

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¿Cuántos comerciales vemos en televisión de entidades bancarias? ¿Cuántos anuncios en radio escuchamos, donde ofrecen productos de crédito? ¿Cuántos anuncios publicitarios en redes sociales o en medios impresos vemos a diario?

Todos estos anuncios tienen como objetivo conquistar su necesidad de dinero con tasas aparentemente económicas para su bolsillo.

Pero alguna vez se ha preguntado ¿qué costo real tendrá el adquirir un crédito de libre inversión o compra de cartera? ¿Qué costo tendrá el utilizar mi cupo rotativo?, etc.

Son preguntas que usted deberá hacer al momento que la información lo enamore o que su Ejecutivo Comercial del Banco lo conquiste.

El sector financiero pelea de manera constante con sus competidores en cuanto a la tasa de interés, logrando así, el anhelado enamoramiento del cliente con la entidad bancaria. La mejor estrategia de conquista es el ofrecimiento de la tasa de interés, en vez del valor de cuota real o de los costos implícitos en cualquier línea de crédito financiero.

Las veces que he tenido la oportunidad de contactar con un futuro cliente, este se enfoca en la tasa de interés efectiva anual o nominal mes vencida (valores totalmente diferentes y que se definen en una operación matemática de conversión de tasas de interés), pero nunca se han enfocado en el valor mensual de la cuota.

Por mi parte, y haciendo un estudio previo del caso, trato de cambiar el chip que tiene de tasa de interés por el valor total que va a pagar, versus, el valor actual de pago y luego restando el diferencial mensual de los dos, y así se obtiene el valor futuro de ahorro (esto siempre y cuando aplique el factor de economía en la operación de crédito).

La explicación es sencilla, dependiendo al tipo de crédito y de entidad financiera, se aplicará el sistema de amortización para el pago de la cuota mensual.

Estos sistemas de amortización podrían llegar a ser 20% a capital, 80% a intereses o 50% y 50%, por ello, muchas veces usted como cliente se da cuenta que ha reducido un porcentaje mínimo del capital adeudado y todo su dinero se ha ido al pago de intereses y a otros costos.

Por ejemplo: A un crédito de libre inversión aparte de la tasa de interés y del capital adeudado, se le debe sumar el valor del seguro de vida del deudor, el costo del estudio de crédito, otros cobros adicionales (si los tiene) y si es necesario el valor del seguro de desempleo del deudor. De lo anterior se puede concluir que estos Costos y gastos   incrementan el valor real del crédito, y que, en muchas ocasiones, son ajustados por la misma entidad bancaria, para recibir desde su cuota mensual lo perdido en la famosa tasa de interés preferente otorgada a usted como cliente.

Para encontrar esta información en su extracto de crédito se encuentran varios costos y gastos que le dan el valor total a pagar o el valor de la cuota mensual. Estos valores como lo mencione anteriormente, son el abono a capital, los intereses corrientes, los intereses en mora, el seguro de vida del deudor, o en muchas ocasiones, un “otros cobros”.

En conclusión, no se deje enamorar de la tasa de interés al momento de solicitar una línea de crédito, más bien, busque una asesoría completa, donde le identifiquen los costos reales y los gastos complementarios de su crédito, pues este ejercicio lo podrá beneficiar antes, durante y después de finalizado el pago del préstamo.

Para mayor información, contácteme.

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