Su labor permitió sacar de allí a infinidad de pequeños, que luego fueron adoptados por diferentes familias alrededor del mundo y hoy siguen atentos a la labor de Papá Jaime.

“Cada uno de esos niños están por el mundo entero ayudando a otros, están creciendo están trascendiendo, están dejando huella”, dice el protagonista de estas historias.

Ahora, Jaime Jaramillo, quien va por su sexto libro titulado “La infidelidad del espíritu”, destaca que su tarea es mostrar a su gente cercana y a la sociedad colombiana que “hay que hacer lo que a uno le gusta para ser feliz”. Así él se ha convertido en un maestro que enseña una mejor forma de vivir, a través de su labor social, y con esa mágica habilidad de contar y construir el mundo a través de las letras.

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Esta faceta de escritor surgió de manera diferente a lo que sucede con la mayoría de la gente, explica Jaime Jaramillo, nombre real de este personaje conocido como Papá Jaime, quien considera que su acercamiento a las letras llegó de una manera diferente a como le llega a otras personas.

“Yo primero, por más de treinta años, viví y experimenté toda clase de cosas, de saberes humanos, impresiones y miedos; de todas clase de técnicas que desarrollaba para ayudar a salir a otros de las drogas, de la depresión, de los intentos de suicidio,… y entonces empecé a escribir sobre esas cosas. No escribiendo sobre teorías, sino sobre las experiencias que he vivido por más de 46 años, trabajando con todo tipo de seres humanos”.

Y entonces aparece ese personaje que recorre las calles, “el cabalgante de la noche” que puede ser una especie de alter ego de Papá Jaime. Y sus libros, con un componente de autobiografía por un lado y, por el otro, de ese lugar común que se conoce como autoayuda, sirven para entender que la labor de este filántropo se multiplica sumando el ejemplo que ha mostrado con su trabajo con esos pequeños conocidos como “gamines” o niños de la calle, y con esas historias desconocidas de un hombre que buscó sacarlos de la calle y rescatarlos, traerlos de regreso a la sociedad.

Sus historias son una mezcla de magia y realidad. Esos mundos fríos y oscuros, esos espacios de hambre y soledad, de abandono y desesperanza, se convierten en horizontes de ilusión, de sueños para salir de la tristeza y encontrar que se puede superar aún el abismo más profundo.

Papá Jaime entendió que sus vivencias no se podían quedar en eso, que esas historias, absurdas para muchos, de rescatar jóvenes y niños, en medio de la fría noche, tenían que trascender siendo conocidas por toda la sociedad. Así, un esfuerzo, una experiencia, podrá transformar la relación de quienes protagonizaron las historias de Jaramillo y, porque no, de quienes ahora tenemos la oportunidad de ingresar en ellas, a través de lo que cuentan sus libros.

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