Después de la importantísima victoria contra Ecuador en condición de visitante, ya se escucha en la calle y se lee en las redes sociales como personas del común y periodistas dicen que tenemos la clasificación lista.

¡Ojo! No podemos cantar victoria hasta que no tengamos 28 puntos, o si se quiere asegurar con candado, 29 e incluso 30 unidades.

Hay que celebrar, ser optimistas y soñar, pero con mesura. En estas Eliminatorias sudamericanas tan apasionantes por reñidas y cerradas, todo cambia en dos fechas, además de que cualquiera le puede ganar a cualquiera.

Es verdad que tenemos un calendario ‘fácil’. Tres de las cuatro fechas que nos quedan son contra equipos de la zona baja de la tabla (Venezuela, Paraguay y Perú) y que incluso ya están eliminados o probablemente lo estarán para cuando los enfrentemos. En la teoría tendríamos que ganarles, pero en la práctica hay que ratificarlo y es donde más se nos dificulta.

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La historia nos ha enseñado infinidad de veces que el dicho de los abuelitos que menciona que ‘no hay que ensillar antes de traer las bestias’, es totalmente verdadero y aplicable a la vida en general. Ejemplos nos sobran. Sin embargo, en Colombia seguimos haciéndolo una y otra vez, sin sonrojarnos.

Debe ser por nuestra forma melodramática, por no decir telenovelera, de asumir la victoria o la derrota: muchos de los que dan a la ‘Tricolor’ como clasificada al Mundial son los mismos que hace un par de fechas la daban por eliminada.

Cuando perdimos no éramos tan malos y ahora que ganamos bien, tampoco somos los mejores. Como diría la canción de moda, vamos ‘pasito a pasito’. Sin afanes y con bases sólidas conseguiremos el objetivo.

Lo importante de esta historia es que quienes deben tener más presente que no hemos ganado nada, o sea Pékerman y sus jugadores, parecen estar conscientes de esto. En la rueda de prensa y en la zona mixta luego del triunfo en Quito, repitieron una y otra vez que fue una victoria para soñar más alto, pero que siguen con los pies en la tierra.

Nuestro más importante partido es el siguiente, es decir, contra Venezuela, el 31 de agosto, en tierras de Maduro. Si obtenemos el triunfo, como ojalá así sea, o si incluso empatamos, nuestro real primer chance de concretar el tiquete a Rusia sería en el duelo frente a Brasil en Barranquilla, el 4 de septiembre. ¡Qué bonito sería obtener el paso en ese partido!

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