Yendo al extremo, muchas la proscriben, es decir, la censuran totalmente con el argumento de que es una expresión incorrecta. No es así. Es tan castiza y correcta como tantas otras. Lo que ocurre es que, por la censura que se le ha impuesto injustificadamente, tal expresión ha caído un poco en desuso; algo así como enviarla al «cuarto de san Alejo». Si lo decimos de otro modo, por tener dificultades para usar un vocablo muchas personas optan por desecharlo del todo, a fin de sacarle el quite al aprendizaje de la forma correcta de aplicarlo.

Esta vez ilustro acerca del uso correcto de la expresión «a lo que», mediante dos chistes que me llegaron a una de mis cuentas de correo electrónico:

1.- En un manicomio estaba un loquito sobre la pared del patio. Lo observa un enfermero y le pide que baje.  A lo que el loco contesta: 

─ ¡No me bajo, no me bajo!

El enfermero, tras mucho insistir, decide consultar al médico de guardia para que él lo intente. El médico le pide al loquito que se baje, y de nuevo él contesta: 

─ ¡No me bajo, no me bajo!

El médico, al igual que el enfermero, tras mucho intentar para convencerlo, decide hablar con el director del manicomio, pero este obtiene el mismo resultado. En eso pasa otro loco junto a ellos, y les dice con aire de interesante:

─ Yo puedo bajar a ese loco.

Y los tres, intrigados por ver qué iba a hacer, le pidieron que lo intentara. El loco sacó un cuchillo de madera y amenaza al que estaba sobre la barda: 

─ Oye, loco, bájate, o corto la pared.

El loco que estaba sobre la pared se bajó, asustadísimo, y el otro loco guardó su cuchillo, y se fue.

El enfermero, el médico y el director le preguntaron al loco que estaba sobre la pared que por qué se había bajado con tanta prisa, y este les contestó:

─ Es que ustedes no conocen a ese loco. ¡Es capaz de cortar la pared!

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2. Iba una mujer embarazada caminando, y al verla, Pepito preguntó a su mamá:

─ ¿Qué tiene esa señora en el estómago?

A lo que la mamá le respondió:

─ Hidropesía, o sea, agua en el estómago.

─ Entonces, ¿se le va a ahogar el niño, mamá?

Como se ve, la expresión a lo que equivale a decir: «A lo cual…». (A lo cual respondió; a lo cual dijo…).

En cambio ─y es eso lo que causa la confusión─ no es correcto usar tal expresión para sustituirla por el adverbio de tiempo cuando en las oraciones en que este sí debe cumplir su cometido. Ejemplos: 

«A lo que venga su papá, arreglaremos este embrollo».

«A lo que llegue allá, yo te llamaré».

«A lo que me case, podré yo estar tranquila». 

«Me las vas a pagar todas juntas, a lo que se vaya la visita».

«Se irán a casa a lo que termine el acto cultural».

Todas estas oraciones son incorrectas. En esos casos debe decirse y escribirse:

«Cuando venga su papá, arreglaremos este embrollo».

«Cuando llegue allá, yo te llamaré». 

«Cuando me case, podré yo estar tranquila».  

«Me las vas a pagar todas juntas, cuando se vaya la visita».

«Se irán a casa cuando termine el acto cultural».

Es admisible también el giro ‘en cuanto’, que tiene la misma equivalencia:

«En cuanto venga su papá, arreglaremos este embrollo».

«En cuanto llegue allá, yo te llamaré». 

«En cuanto me case, podré yo estar tranquila».  

«Me las vas a pagar todas juntas, en cuanto se vaya la visita».

«Se irán a casa en cuanto termine el acto cultural».

¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!

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