Es una enfermedad que eventualmente puede generar síntomas como congestión nasal o una reacción alérgica leve en quienes manipulan las aves enfermas, por lo que no se considera una zoonosis, explicó el ICA en un comunicado.

Por su parte, la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), enfatizó en que “no hay de qué preocuparse por esta situación” porque “raramente puede transmitirse a humanos”, y que “cuando esto ha llegado a suceder, se ha dado por contacto estrecho de los cuidadores de aves con heces o secreciones de aves enfermas”.

Fenavi coincidió en que puede presentarse una especie de resfriado o “una conjuntivitis, si tocó el ave enferma y luego se tocó los ojos”. Adicionalmente, citando al Instituto de Salud, señaló que “nunca han ocurrido en el mundo casos graves de infección respiratoria. A la fecha el virus no ha logrado mutar hasta hacer posible la transmisión de humano a humano”.

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La emergencia sanitaria para esta enfermedad fue declarada por el ICA desde el pasado 28 de diciembre, y ya se activaron medidas para erradicar los focos de la infección que se presentaron en Fómeque y Cáqueza, Cundinamarca; y prevenir la difusión de la enfermedad.

Sin embargo, el instituto hizo “especial énfasis al control de productos o materiales de riesgo como el huevo sucio, las bandejas reutilizadas y los subproductos como la gallinaza y pollinaza” que deberán ser desinfectadas.

El virus se identificó “en 8 predios de los cuales uno es comercial y 7 son de traspatio, es decir que son de economía familiar”, pero se está trabajando para controlarlo, vigilarlo y prevenirlo en las granjas productoras ubicadas en la zona.

El ICA señaló que “esta enfermedad se transmite por contacto directo o indirecto entre las aves, por vías respiratorias y con menor frecuencia por vías digestivas”, además recordó a los productores que puede transferir “por introducir en granjas objetos contaminados como ropa, calzado y vehículos, y por el manejo inadecuado de las aves sacrificadas, de las que mueren y de las que están enfermas.

La “zona de intervención” en la que se enfocará el ICA comprende 10 municipios del oriente de Cundinamarca: Cáqueza, Fómeque, Choachí, Ubaque, Chipaque, Une, Fosca, Guayabetal, Quetame y Gutiérrez.

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