Esta conclusión es reproducida por El Espectador, recordando que la encuesta data del mes de enero de este año y fue realizada por Bienestar Universitario de la sede Bogotá, pero que hasta ahora se hizo visible gracias a un trabajo periodístico de Tania Tapia y Camilo Jiménez para el portal Vice.

“De ellas, 86 respondieron sí a la pregunta de si habían sido besadas, acariciadas, tocadas u obligadas a mantener relaciones sexuales mientras estaban inconscientes, dormidas o bajo los efectos del alcohol. Mientras 19 dijeron que habían sido obligadas a tener relaciones sexuales de cualquier tipo, mediante el uso de la fuerza o de un arma”, dice El Espectador, que da el crédito a la divulgación del estudio a un reportaje de Vice.

Dentro de los agresores se menciona a los estudiantes, a personas desconocidas, a personal de construcción y a los guardas de seguridad, “casi a la par de los docentes”.

La encuesta se aplicó en 2016 a mujeres estudiantes de pregado y posgrado, y “de todas las víctimas de cualquier tipo de violencia sexual solo 54 hicieron una denuncia”, agrega Vice.

Al respecto, indica El Espectador, una de ellas mencionó en la encuesta que aunque se haga la denuncia del caso “no pasa nada”:

“Primero, la universidad no mueve el proceso, y segundo, uno sale perjudicado porque es una simple estudiante y el abusador es un docente importante en la UN que no se puede tocar. Además, profesionalmente me puede perjudicar porque son personajes con influencia en el medio”.

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El estudio descubrió que los espacios en donde la violencia sexual es más frecuente son las aulas de clase, seguido de las rumbas o salidas recreativas, zonas en donde se adelantan obras y la ‘plaza del Che’.

Las alarmantes cifras de este diagnóstico le permitieron a la Universidad Nacional crear un equipo de trabajo con personal de Bienestar, del grupo de docentes, de la parte administrativa y del sector estudiantil para definir la ruta a seguir ante denuncias de violencia sexual. La idea, según cita el impreso, es tener listo este protocolo en noviembre.

“No es que en este momento no exista nada”, ya que la Universidad tiene un área de acompañamiento tanto psicológico como jurídico para las víctimas, además de consecuencias disciplinarias para los señalados agresores, explicaron a ese medio voceros de la sede de Bienestar.

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