La curiosa coincidencia, que para nada empaña la extraordinaria labor médica y científica del equipo de especialistas de la Clínica Universidad Cooperativa de Colombia, en Villavicencio, la hace notar Semana en uno de sus confidenciales.

El primero en manifestar su agradecimiento y reconocimiento al grupo de doctores fue el mismo Londoño Echeverry en su cuenta de Twitter: “Agradezco la atención de los médicos y enfermeras de la Clínica Universidad Cooperativa de Colombia, que ha sido clave para mi recuperación”.

El neurólogo que atiende al jefe de las Farc es Agustín Gutiérrez Garavito que, según Semana, es “un reconocido neurólogo de Villavicencio” que, además de su experticia médica, “también se le conoce por ser un respetado miembro del Centro Democrático en el departamento”.

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De hecho, sobre él, El Tiempo reseña que nació en San Martín en 1943, es médico de la Universidad Nacional y neurólogo de la Universidad del Rosario. Cursó posgrados en servicios de salud en áreas rurales, en Tel-Aviv (Israel); neuroftalmología en Georgetown (Estados Unidos), y reumatología en el hospital de Santa Cruz y San Pablo (España).

“En 1985 fue condecorado con la medalla de Oro de Gran Maestro por la Fundación de Medicina preventiva, por lograr el más alto trabajo con comunidades”, agrega el diario capitalino, y destaca que Garavito también fue director de hospitales y jefe del Servicio de Salud del Meta.

A esa trayectoria le sumó un incursión en la política que lo llevó a ser diputado del Meta, Representante a la Cámara, catedrático universitario y autor del libro ‘Lo básico en sexo, salud y medio ambiente’.

Pero eso no es todo. Garavito, agrega Semana, está casado con Eddy Baquero García, “una de las diputadas del partido del expresidente Uribe en el Meta”.

La devoción de Baquero García por Uribe se lo manifestó en un post en su Facebook el día del cumpleaños del expresidente: “Usted ha sido un ejemplo de patriotismo y amor por nuestro país. Debo decir con sinceridad que gracias a su sacrificio de toda una vida ha construido un legado el cual me honra defender”.

Y agrega: “Su sencillez y humanidad hacen de usted una persona de admirar. Mi agradecimiento especial por su confianza depositada en mí y su dedicación a mi región. Mi esposo Agustín Gutiérrez Garavito, mis hijos y yo queremos desearle en este día tan especial un feliz cumpleaños. […] En el Meta siempre encontrará nuestro apoyo y amistad incondicional”.

La casualidad de que, por la urgencia, el jefe de las Farc haya quedado bajo el cuidado de un fervoroso simpatizante de Uribe solo permite ver con esperanza que hay lugares y momentos en los que la vida humana está por encima de cualquier filiación política.

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