El alto al fuego termina con quejas mutuas de incumplimientos, pero con un hecho indiscutido: durante los últimos tres meses no hubo enfrentamientos entre los militares y los rebeldes, por primera vez en más de medio siglo de conflicto.

Y eso ha alentado a las partes a discutir una eventual prórroga o un nuevo acuerdo para seguir negociando sin el ruido de la guerra. Unas conversaciones que coinciden con la recta final del gobierno de Juan Manuel Santos, que dejará el poder en agosto.

Pero por lo pronto el acuerdo “termina el día 9 de enero (martes) a las 24 horas (00:00 horas del miércoles)”, ratificó Bernardo Téllez, delegado de paz del grupo guerrillero.

Tras aterrizar el lunes por la tarde en Quito, el nuevo jefe negociador del gobierno, Gustavo Bell, aseguró que llega con “esperanzas renovadas” al nuevo ciclo de conversaciones, tendientes a un acuerdo de paz con la que es considerada la última guerrilla activa en Colombia, tras el desarme y transformación en partido político de las Farc el año pasado.

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“Ese es el ideal (prorrogar la tregua), por supuesto”, aseguró brevemente mientras salía del aeropuerto, junto a otros integrantes del remozado equipo negociador del Gobierno, formado también por los generales Freddy Padilla y Carlos Rojas y las académicas Angelika Rettberg y Socorro Ramírez, entre otros.

Temor a una arremetida

También la ONU y la Iglesia católica, que verifican el cese al fuego, llamaron el lunes al Gobierno y a los rebeldes a “preservar los logros” y abogaron por un “acuerdo más robusto” de cese el fuego.

Pero incluso si no lo logran, el Eln ya dijo que seguirá adelante con los diálogos que, salvo por la tregua, no arrojan mayores avances casi un año después de iniciados.

“La mesa de diálogos no puede ser interrumpida por el hecho de que el acuerdo sobre el cese al fuego culmine el 9 de enero”, afirmó el máximo jefe de la organización, Nicolás Rodríguez (‘Gabino’), en un mensaje de fin de año.

En medio de la expectativa sobre el futuro del cese el fuego, ni Gobierno ni Eln han dicho abiertamente que retomarán las acciones militares después de este martes.

Sin embargo, a finales de noviembre, el comandante del Frente de Guerra Occidental Ómar Gómez, que opera en el Chocó, señaló que sus hombres esperaban una arremetida militar tras el fin del cese.

“Suponemos que va a haber una arremetida militar. Lo hicieron previo al cese y lo suponemos posterior al cese, nos estamos preparando para eso”, dijo ‘Uriel’ a la AFP.

Un mejor pacto

Durante la tregua, iniciada el pasado primero de octubre, las partes se acusaron de mutuos incumplimientos.

El Eln fue acusado, por ejemplo, de violar el acuerdo al asesinar a un gobernador indígena, un hecho por el que esa organización pidió perdón.

El grupo guerrillero consideró a su vez como incumplimientos la muerte de siete campesinos cocaleros en un ataque que involucró a la fuerza pública, y las operaciones militares en sus zonas de influencia.

Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, es preferible negociar “un nuevo cese” antes que prorrogar el actual.

“Este cese como está tiene muchas falencias, no tiene unas reglas claras, no son públicas, el mecanismo de monitoreo tampoco tiene cómo hacer ese monitoreo precisamente porque no tiene esas reglas claras y transparentes”, opinó a la AFP.

Por su parte, Víctor De Currea-Lugo, profesor de la Universidad Nacional y experto en el conflicto colombiano, aseguró a la AFP que, aunque ambas partes lo “han violado”, el cese “ha traído beneficios muy grandes”.

Si no se prolonga, agregó, “habría combates, la mesa (de negociaciones) no se va a suspender, pero sería una mesa frágil, con poca legitimidad”.

Santos espera sacar adelante las negociaciones con miras a extinguir el último conflicto armado del continente que, en más de medio siglo, ha dejado unos ocho millones de víctimas entre muertos, heridos y desplazados.

Estimulado por el acuerdo con las otrora Farc, el mandatario y premio Nobel de Paz pretende apuntalar la mesa de Quito ante el panorama electoral, que enfrenta a partidarios y críticos de una salida negociada con las guerrillas.

Eln evaluará

El Eln aseguró que evaluará esta primera experiencia para proyectar un nuevo alto en las acciones bélicas.

“Reconocemos que este cese aportó en algo a aliviar la situación humanitaria de millones de compatriotas, sobre todo en aquellas regiones donde es más crítica la situación de guerra y de persecución política contra líderes y comunidades que se oponen al régimen dominante”, indicó la guerrilla en Twitter.

La insurgencia aseguró asimismo que ha escuchado los pedidos de diversos sectores para que los diálogos se desarrollen en medio del cese bilateral.

Para ello, explicó, “en la mesa evaluaremos esta primera experiencia para poder proyectar nuevos momentos de cese bilateral. Fieles al propósito de que los diálogos de paz deben aportar desde ya a mejorar la situación humanitaria del pueblo”.

AFP y EFE

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