El sepelio de Sara Yolima Salazar se adelanta este lunes en la población de Armero-Guayabal (Tolima) entre homenajes y desconsuelo por los vejámenes a los que fue sometida la menor.

“Ella era una vecinita y jugaba con mis niños. Su muerte es como si se hubiera ido mi bebé”, manifestó un padre de familia, en medio del llanto, a Noticias RCN. Esta frase resume la indignación que provocó este caso en gran parte del país, que desde ya pide justicia y un castigo severo para el abusador y asesino.

Sarita, como se le conocía cariñosamente, falleció este sábado en una clínica de Ibagué a donde fue trasladada de urgencias luego de que su madrina la llevara al hospital de Armero. La mujer estaba a su cargo ya que la madre de la menor se la entregó por aparentes motivos económicos para su crianza.

“Solo la pude ver tres veces. Estaba toda demacrada, flaquita, prácticamente me la negaban. Fui a la Comisaría de Familia para decirles sobre el caso y no me pusieron cuidado tampoco”, manifestó la madre de la pequeña, a ese medio.

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Según el reporte del coronel Jorge Morales, comandante de la Policía de Ibagué, la niña presentaba trauma craneoencefálico severo, múltiples heridas en pecho y tórax y cortadas en ambas piernas hechas con arma blanca. Además, agrega El Tiempo, le habían amputado parte de su dedo anular, estaba desnutrida y con signos de violencia sexual.

Pese a estas evidencias en su cuerpo, la madrina solo dijo que se había caído.

“Manifestó que se había caído de la cama sin que ella se diera cuenta, pero su versión no es convincente, dado que la niña presentaba un estado de salud lamentable debido al maltrato físico (…) una caída así no puede ocasionar heridas y fracturas múltiples tan graves”, explicó, a ese medio, el alcalde de Armero-Guayabal, Carlos Escobar.

Por su parte, el personero de esa población destacó al diario que la custodia de la niña había sido avalada por la comisaria de familia.

Por ahora, las autoridades tratan de dar con el paradero de los cuidadores de Sarita ya que después de su muerte desaparecieron, y según registro de medios se cree que podrían estar involucrados en este atroz feminicidio.

“Hechos tan aberrantes como los que vivió está niña no pueden quedar impunes (…) Es una vergüenza para nosotros como sociedad que nuestros niños sigan siendo ultrajados y asesinados”, señaló Cristina Plazas, directora del ICBF, en un comunicado.

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