Ruiz-Navarro cuenta este jueves en su columna de El Espectador que su despido vino después de que una columna suya que debía salir el pasado 2 de diciembre, titulada ‘Olímpica Estéreo y el abstencionismo’ (que después publicó el diario bogotano), “fuese censurada”.

“En mi columna simplemente señalo algo que todos en Barranquilla saben: que el 19 de noviembre, día de la consulta liberal, Olímpica Estéreo, la emisora de la familia del alcalde Char, estaba llamando al abstencionismo. Para nadie en la ciudad es secreto que Alejandro Char apoya a Vargas Lleras, de su partido Cambio Radical, para la Presidencia y yo criticaba que se usara la emisora con fines de sabotear la consulta”, dice Ruiz-Navarro.

Relata que recibió “un escueto correo” firmado por el director de El Heraldo, Marco Schwartz, en el que le notificó que su colaboración con ese medio se terminaba después de cuatro años de trabajo. Además recibió una llamada de la editora de opinión, Diana Arrieta, que la notificó de que su columna no sería publicada. “No me dio chance de cambiar nada, ni me hizo sugerencias, simplemente me dijo que la decisión estaba tomada porque ‘en El Heraldo no se puede criticar a otros medios de comunicación’”, recuerda.

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También asegura que en El Heraldo se está trabajando en un manual para columnistas, del que le habló Schwartz, según ella, en estos términos: “Prohibiría que un columnista criticara a otro, como sucede en el New York Times”.

Este mismo jueves, Ruiz-Navarro y Schwartz hablaron en W Radio, y sus versiones siguen siendo muy diferentes.

La columnista ratificó en la emisora su denuncia contra Olímpica Estéreo y su versión de su salida. “De repente, cada tanto, salen unas reglas nuevas para los columnistas en El Heraldo que parecen sacadas de la manga”, dijo.

Schwartz, por su parte, habló de los filtros o reglas que tiene el periódico para publicar columnas de opinión. Explica que decidieron no publicar la columna de Ruiz-Navarro porque no reúne “principios de rigor”, porque partía de lo que decía un locutor para hacer un juicio suspicaz y no contrastó fuentes.

Igualmente, afirmó que le acabaron la columna por la forma como se expresa. Por ejemplo, en una columna llamó “bandidos” a los involucrados. También desmintió que El Heraldo tenga prohibido hablar de otros medios, dice que no lo hacen por principios.

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