El Centro Democrático publicó el pasado jueves 25 de enero un comunicado de prensa en el que hacía la defensa del expresidente de la acusación de que había sido el violador de la periodista Claudia Morales.

La defensa estaba basada en demostrar una cercanía del expresidente con el esposo de Morales, el coronel retirado César Mauricio Miranda Sarmiento, inconcebible en el cónyuge de una víctima de violación que conoce a su agresor; adicionalmente, pretendía demostrar que él era testigo de que Uribe estaba constantemente vigilado en sus viajes al exterior, cuando presuntamente habrían ocurrido los hechos.

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(El registro de los viajes) “proviene de los archivos oficiales, cuya copia conservó el vicealmirante (r) Rodolfo Amaya Kerquelen, quien se desempeñó como jefe de la Casa Militar entre 2002 y 2010”, decía el comunicado.

“En menudo lío está Amaya, porque tendrá que explicar por qué extrajo copias de archivos oficiales sobre información reservada, con qué propósito y cuántos otros papeles sensibles están en su residencia. Por más jefe de la Casa Militar que fuera Amaya, ello no le daba licencia para sacar copias de archivos oficiales que contienen información reservada, como lo es todo lo que tenga que ver con la seguridad de un mandatario, ni mucho menos le autorizaba a trasladarlos a un partido político”, dice Ramiro Bejarano en El Espectador.

Bejarano también explica la segunda posibilidad sobre la proveniencia de los registros: que los haya entregado ‘alguien’ de la Casa de Nariño.

“No se ofrece inverosímil esa hipótesis, la que de ser cierta ratificaría que en el partido de Uribe alguien sigue teniendo acceso ilegal a documentación al aparecer manejada por militares conspiradores”, concluye.

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