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La restricción del tránsito conocida como “pico y placa”, vigente este viernes 17 de octubre de 2025 en Pereira, afecta a automóviles cuya placa finaliza en 8 y 9, y motocicletas cuyo primer dígito sea 8 o 9. Esta medida, que rige desde las 6:00 a.m. hasta las 8:00 p.m. en prácticamente toda la ciudad, delimita varias vías excluidas como la Autopista del Café y la Ruta Condina, reflejando la necesidad de balancear la movilidad urbana con la conectividad regional. Sin embargo, el pico y placa no es únicamente un mecanismo administrativo: expone las tensiones crecientes producto del aumento vehicular, el deterioro ambiental y las carencias en la infraestructura vial que marcan el presente de Pereira.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia circulan más de 16 millones de vehículos, cifra que ha venido en aumento constante desde el año 2000. Pereira no se ha quedado atrás en este proceso, lo que ha provocado una presión adicional sobre el espacio vial y la calidad del aire. La Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder) sostiene que los indicadores de material particulado fino, uno de los contaminantes más críticos, han subido en la urbe, atribuidos en parte al transporte motorizado privado y público.
El modelo de pico y placa en Pereira se inscribe en la experiencia nacional, en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, con efectos ambiguos: si bien permite una reducción momentánea en el flujo vehicular, investigaciones de la Universidad Nacional de Colombia revelan que a menudo esto reaviva la compra de nuevos autos para eludir las restricciones, perpetuando o incluso agravando los problemas de movilidad y contaminación. Pereira, al tener menor capacidad en infraestructura y recursos, se enfrenta a desafíos similares a los de las grandes capitales, pero sin poder replicar soluciones estructurales de igual alcance.
Desde la perspectiva socioeconómica, el impacto de la restricción es desigual. Reportes de El Tiempo y El Espectador muestran que los ciudadanos con menos recursos y usuarios habituales de moto y transporte público son especialmente vulnerables durante estas jornadas, al verse forzados a utilizar buses y taxis saturados, acrecentando riesgos para la salud pública. El análisis de la Cámara de Comercio de Pereira advierte que, en ausencia de alternativas efectivas, el pico y placa puede convertirse en una carga adicional para quienes dependen del vehículo para su sustento.
Las excepciones en ciertas vías interurbanas representan un desafío adicional. Según La Patria, todavía no se dispone de estudios concluyentes sobre el efecto real de estas rutas alternas en el tráfico urbano, aunque se perciben signos de saturación en los accesos a la ciudad durante los horarios de restricción. Organizaciones sociales y la Fundación Alianza en Risaralda insisten en que la ciudad necesita avanzar hacia soluciones integrales: sistemas de transporte masivo dignos, redes de ciclovías y el fomento del teletrabajo deben acompañar a la medida si se pretende un efecto sostenible y equitativo.
Mientras ciudades intermedias como Pereira luchan por modernizar su movilidad sin repetir los errores de las urbes más grandes, informes técnicos y debates recientes en el Concejo Municipal alertan sobre la llamada “paradoja de la congestión”: la adaptación paulatina de la ciudadanía puede volver obsoleta la medida, al incentivar alternativas que solo desvían y no resuelven el fondo del problema. En suma, el pico y placa continúa como respuesta coyuntural, en tanto la transformación estructural de Pereira queda pendiente y urgente.
¿Cuáles son los criterios para exceptuar ciertas vías del pico y placa en Pereira?La exclusión de corredores como la Autopista del Café y la Ruta Condina del esquema de pico y placa responde, según información reportada por medios como La Patria, a la necesidad de garantizar la conectividad regional y no entorpecer el intercambio intermunicipal. Estos corredores permiten que el flujo de transporte interurbano no se vea interrumpido, especialmente para actividades económicas relacionadas con el sector agrícola, industrial y de servicios que dependen del acceso fluido a la ciudad.
La importancia de estas excepciones radica también en el impacto que tienen en el tráfico dentro de Pereira. Si bien ofrecen alivio a usuarios que solo transitan o conectan puntos regionales, existe preocupación documentada sobre la saturación en las salidas e ingresos urbanos durante el horario restringido. Hasta el momento, no hay estudios concluyentes sobre el efecto que estas rutas alternativas tienen en el interior de la ciudad, lo cual señala la necesidad de investigación y ajuste de la política pública.
¿En qué consiste el material particulado fino y por qué es relevante en la discusión sobre movilidad?El material particulado fino es un contaminante atmosférico formado por diminutas partículas suspendidas en el aire, muchas veces procedentes de emisiones vehiculares. Según datos de Carder, su incremento está vinculado al aumento del parque automotor y afecta directamente la calidad del aire en áreas urbanas como Pereira.
La relevancia de este término en el análisis de las políticas de movilidad urbana radica en los efectos que este contaminante ocasiona sobre la salud pública: su inhalación puede ocasionar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, afectando especialmente a poblaciones vulnerables como niños y adultos mayores. Por ello, las estrategias de restricción vehicular suelen justificarse no solo por los embotellamientos, sino por el impacto sobre el ambiente y la salud de los ciudadanos.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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