Desde que estaba en el colegio Gimnasio Moderno, a ‘Rafico’ lo calificaban como un estudiante, no muy brillante, pero capaz de sacar adelante los objetivos académicos. En contraste, dice revista Semana, el joven era considerado “el chacho de su grupo”, muy arriesgado, y enamorado de las aventuras.

Uribe Noguera, que hoy conocerá su sentencia tras confesar el asesinato y violación de la pequeña de 7 años, nació en una familia prestante: su padre Rafael Uribe Rivera es uno de los arquitectos más reconocidos del país, decano de la facultad de arquitectura de la Universidad Javeriana; su madre, María Isabel Noguera, es representante legal de la empresa Lascaux Construcciones SAS., y amante de la literatura.

Según Semana, él es el segundo hijo del hogar; el mayor es su hermano Francisco, y la menor es Catalina, ambos involucrados también en el proceso por, presuntamente, haber alterado la escena del crimen de Yuliana.

Sobre sus años de colegio, a Rafael también lo recuerdan por haber sido el jefe de la banda de guerra, pero también porque, desde esa época, se enamoró del alcohol y se volvió un fumador empedernido. Además, agrega ese medio, en esa misma época se interesó por conocer más de las noches de Bogotá.

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“Desde aquellos años sus amigos tienen claro que Rafico con tragos se volvía un tipo fastidioso y pesado. Con sus compañeros viajó a La Habana en la excursión de undécimo grado. Y al cabo de 13 años de dar de qué hablar en el Gimnasio Moderno, en 1996 se graduó de bachiller con algunas anotaciones por conductas reprochables y una fama de galán arrollador”, agrega Semana.

Rafael, además, prestó servicio militar en el Batallón Guardia Presidencial y hasta estuvo en la Fuerza de Paz del Batallón Colombia, en el Sinaí (Egipto).

Se graduó de la Universidad Javeriana como arquitecto, en 2003. Según El Espectador, sus actitudes traviesas y su interés por ir en contra de lo legal no se limitaron al colegio, también durante sus estudios superiores; en esa institución tuvo problemas por un presunto plagio de sus tesis.

Ese diario también describe al confeso asesino y violador, de 38 años, como un hombre fiestero, mujeriego, celoso, montado y bebedor. En pocas palabras, “una caspa”. Y enfatiza en que entre las particularidades de su oscura vida se destaca que su familia sabía que él se perdía durante varios días y que tenía problemas con las drogas y el alcohol.

Sumado a esto, el crimen a la pequeña Yuliana no sería el primero en su historial. El Espectador también cita versiones que aseguran que Uribe Noguera protagonizó a comienzos de año un intento de abuso contra una mujer en un barrio de Bogotá.

Sobre su vida de adolescente, dijo Caracol Radio, hay versiones de un robo en una de las habitaciones de los huéspedes de un club campestre. El periodista Darío Arizmendi se refirió a otro hecho similar.

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