“Todos hablan de Pablo Escobar: Netflix, los noticieros, Caracol Televisión, las revistas, mis familiares que sacan libros mentirosos. Y resulta que yo no puedo contar mi historia ni la de mi hermano, esto es una injusticia”, dijo a la revista.
Y añadió que lo suyo es una lucha contra la administración del alcalde Federico Gutiérrez y la Policía metropolitana que ha ejecutado varias órdenes de sellamiento de la conocida Casa Museo Pablo Escobar, uno de los puntos obligados para quienes buscan un recordatorio del extinto jefe del cartel de Medellín.
Roberto Escobar cree que en su contra se ha aplicado la censura o le han tendido trampas para evitar que su casa reciba turistas buscando una foto o un recuerdo junto a él, indicó la revista.
Y es que la casa hace parte del “narcotour” que Federico Gutiérrez está dispuesto a arrancar de raíz para cambiar el imaginario traqueto y mafioso con el que los extranjeros identifican a la capital antioqueña.
La Casa Museo Pablo Escobar preserva una de las colecciones fotográficas más completas del capo y también algunas excentricidades como un cuadro de lentejuelas brillantes en donde Escobar aparece con el Padrino, el personaje central de la novela de Mario Puzo, reseñó la publicación.
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