Ambos columnistas se refieren a la manera como han sido señalados varios centros de educación superior por el simple hecho de que de ellos han egresado o en ellos estudian personas que han terminado en líos con la justicia.

El más reciente caso está relacionado con el atentado terrorista en el centro comercial Andino, que dejó tres mujeres muertas y 8 personas más heridas, y por el cual están siendo procesadas varias personas vinculadas a la Universidad Nacional.

Catalina Uribe responsabiliza en su columna a los medios de comunicación. “Claramente se estigmatiza a la institución educativa cuando se repite una y otra vez que los capturados y otros miembros del Movimiento Revolucionario del Pueblo pertenecen a la Nacional. Así la información pueda ser cierta, no es siempre relevante, ni informativa, ni noticiosa”, dice.

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Pero señala que esta forma de estigmatizar es la “nueva norma de nuestro discurso público”, porque “parece ser que entre colombianos sólo podemos comunicarnos a través de historias únicas. Nos hacemos una idea de lo que es un estudiante de la Nacional, uno de los Andes, uno de la Pedagógica […], y así, y desde ahí, y sólo desde ahí, nos relacionamos. Nos metemos en categorías casi científicas y nos diseccionamos como sapos”.

Por su parte, Sánchez, que es coordinador nacional de Educapaz, escribe en su columna que “un efecto no previsto” de la captura de los sospechosos de la bomba en el Andino “ha sido la información sesgada en contra de la Universidad Nacional con la que se han presentado los hechos, que ha llevado a que su rector tenga que explicar que el terrorismo no es una asignatura en la mejor universidad de Colombia”.

Agrega que se trata de prejuicios comunes en la derecha y en la izquierda. “Si un contratista o un funcionario corrupto son egresados de los Andes, la Javeriana o el Rosario, seguramente aparece un meme insinuando que por estudiar en universidades caras uno se vuelve ladrón”, critica.

También advierte que todo eso está pasando “de anecdótico a preocupante”, porque esas “generalizaciones burdas informan decisiones ciudadanas, como adónde enviar a estudiar a los hijos, y porque son compartidas por personas que toman decisiones como desfinanciar a la educación pública”.

Asegura que la Nacional, los Andes y la Javeriana, tres ejemplos que conoce, luchan por que sus profesores y estudiantes tengan valores ciudadanos.

“A las tres les ha tocado vivir recientemente el dolor de que egresados suyos terminen en líos serios con la justicia. Pero no por eso dejan de ser las mejores universidades de Colombia. Más bien han redoblado sus esfuerzos, y han entendido que su trabajo no termina con moldear cerebros, y que deben atender también el espíritu y la conciencia de su gente”.

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