Ocurrió en Cúcuta, en donde el menor, Daniel Stiven Duque, protagonizó lo que bien puede contarse como un cuento de Navidad.

Él halló la factura de ese servicio público en una calle del barrio San Martín, en donde vive, cuando venía de su graduación de quinto grado en el colegio León De Greiff, informa La Opinión.

Notó que la dirección del recibo no correspondía a ese sector, y que debía pagarse el mismo día so pena del corte del servicio. También encontró que tenía cosidos 70.000 pesos, agrega el medio.

Fue donde su mamá, Leidy Ramos, que le dijo que había hecho bien al llevarlo a casa y que había que pagarlo. “Mi mamá siempre me ha dicho que la cosas tienen dueño y que uno no sabe lo que hizo la señora para conseguir el dinero para pagar”, dijo el niño, citado por el diario cucuteño.

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Madre e hijo creen que “si a ellos les pasara lo mismo, esperarían un gesto de solidaridad de parte de quien lo encuentre”, dice el medio.

Así que Daniel Stiven pagó la factura, y después buscó a Kellys Pinto, la titular de la cuenta, pero no la encontró, pues, según estableció La Opinión, vive al otro lado de la ciudad, en el barrio Sabana Verde.

Al día siguiente, un amigo le contó a Pinto que vio en Facebook que habían pagado el recibo. “Agradezco mucho el gesto de este niño. La honestidad es algo que se ha ido perdiendo. También quiero felicitar a esa mamá que ha hecho de su hijo una persona de bien”, dijo Pinto, citada por el medio.

La mujer también dijo que le gustaría reunirse con Daniel para agradecerle personalmente lo que hizo y felicitarlo por sus convicciones, e invitó a todos los niños a seguir el ejemplo.