El proyecto arranca este viernes 17 de marzo y consiste en liberar miles de mosquitos en tres comunas del municipio de Bello, y la idea es ir abarcando toda la población como parte del proyecto ‘Eliminar el dengue desafío Colombia’, anunció, en un comunicado, el programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet) de esa universidad.

“El proceso durará entre diez y doce semanas por comuna con una liberación estimada de dos o tres mosquitos por vivienda, cada semana”, y estos insectos son portadores de la bacteria Wolbachia, que según el programa “inhibe la transmisión a las personas de virus como el dengue, zika y chikungunya”.

Pero si el Pecet anuncia el proyecto como una novedad en Colombia que “marca tendencia a nivel internacional”, y que es una apuesta para frenar este virus en la zona antioqueña, la directora del comité de Bioética de la sede de investigación de esa universidad alega que estos mosquitos también podrían representar un “riesgo” para la salud de habitantes.

Esto, según dijo Mónica Lucía Giraldo a Blu Radio, porque el proyecto no cuenta con el visto bueno de los ocho comités en los que debía ser discutido en la Universidad.

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un comité de expertos asesores y una de las estrategias es el uso de insectos infectados con la bacteria, sin embargo, este comité habla de hacer estudios controlados, a pequeña escala que tengan una supervisión externa al financiador y a quien ejecuta. Sin embargo, esto no se está cumpliendo en este proyecto”, denunció Giraldo en la emisora.

No obstante, la página oficial del proyecto ‘Eliminar el dengue desafío Colombia’ explica que la bacteria Wolbachia “vive naturalmente dentro del 60 % de los insectos del planeta y pasa de generación en generación a través de sus huevos”. Pero que no se ha detectado en los mosquitos que transmiten el dengue y la malaria.

Además, dice que estudios científicos sobre la biología de la Wolbachia “han demostrado que no existen riesgos para la salud humana o para el ambiente”.

Así las cosas, la polémica sigue alborotada, como el mosquito.

LO ÚLTIMO