El director Carlos Valdés afirmó que fue asesinado en “estado de indefensión”, con lo que desmintió que el líder indígena haya muerto en medio de un forcejeo, versión que había entregado esa guerrilla.

Valdés detalló que “la causa de la muerte obedece a un daño vascular severo a nivel del tórax producido por el paso de dos proyectiles de arma de fuego de alta velocidad”.

El director enfatizó en que “estos disparos se realizaron de la espalda hacia adelante en una modalidad de contacto firme, es decir, con la boquilla del arma firmemente apoyada sobre la pared posterior del tórax”, con lo que se confirma que “no hubo ninguna actividad de lucha por parte del gobernador indígena del Chocó”.

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El dirigente de 29 años fue secuestrado y baleado el pasado 25 de octubre por unos cinco hombres que portaban distintivos del Eln.

Días después del asesinato las organizaciones indígenas denunciaron que más de 100 familias de nueve comunidades del resguardo indígena Catrú, Dubasa y Ancosó fueron desplazadas luego de recibir amenazas del esa guerrilla.

El Eln reconoció su autoría en el crimen en medio del cese al fuego bilateral acordado en los diálogos de paz con el Gobierno Nacional.

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