El auto mediante el cual la Corte Suprema no abrirá un expediente contra el senador y el expresidente por acusar a través de su cuenta de Twitter al periodista Daniel Coronell de mafioso y de lavar dineros del narcotráfico no se puede quedar en un regaño al expresidente, sino que en la práctica avala que bajo el argumento de dejarse llevar por la indignación del momento, se pueda insultar en las redes de manera impune.

Al conocerse la decisión de la Corte de archivar el expediente y simplemente llamarle la atención a Uribe para que no reaccione de manera desbordada ante las críticas de los medios o de los ciudadanos, varios medios dedicaron parte de sus espacios a analizar los efectos que eso tendrá en temas como la libertad de expresión y las responsabilidades en el uso de las redes sociales.

En el debate de Mañanas Blu, algunos analistas como Felipe Zuleta  consideraron que el regaño de la Corte es un saludo a la bandera sin efecto alguno, porque Uribe seguirá reaccionando de manera visceral a toda crítica.

Aún así, el propio afectado, el periodista Daniel Coronell dijo que el documento de la Corte no tiene precedentes, porque Uribe tendrá que medir sus comentarios antes de lanzarlosen el futuro.

En su diálogo con Blu Radio, Coronell dijo que insistirá en su denuncia, pues el expresidente faltó a la verdad en sus señalamientos en la redes sociales y afectó su honra.

En el debate jurídico y práctico de si los insultos en las redes sociales se deben penalizar o no, la decana de la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, Catalina Botero, señaló en Hora 20, de Caracol Radio, que existen otras instancias diferentes a la denuncia penal que se deben considerar para defender la honra de las personas sin vulnerar la libertad de expresión.

En su intervención en Hora 20, Botero dijo que la tendencia internacional es la de despenalizar los delitos de injuria y calumnia para proteger a los periodistas, y la libertad de expresión, en los casos de las denuncias contra los poderes públicos.

Botero consideró que este concepto de la Corte Suprema es razonable en esa línea, al defender a los opinadores espontáneos de ser perseguidos por la justicia.

En el caso concreto del caso Uribe, Botero dijo que el regaño de la Corte al expresidente está a tono con los estándares internacionales al exhortar a quienes tienen una relevancia social a moderarse frente a las críticas de los periodistas.

En su concepto, estos temas deben ser tramitados en instancias civiles antes de llegar al extremo de la sanción penal.

El abogado Ramiro Bejarano, apoderado de Coronell, dijo en el mismo espacio que el delito existe y se debe sancionar y que el argumento de que las manifestaciones de Uribe las hizo en un momento de irreflexión no pueden ser argumento para que no se investigue o sancione.

Según Bejarano, la postura de la Corte es contradictoria porque por un lado dice que no es posible establecer una responsabilidad porque no está claramente determinado el destinatario de los trinos, pero al mismo tempo le pide moderación.

Bejarano afirma que la Corte genera una discusión muy grande porque muchos se sentirán autorizados para repetir acusaciones no probadas con impunidad.

El analista Jorge Iván Cuervo comentó a su turno que uno de los síntomas de los problemas de la democracia es que las contradicciones terminen en demandas y juicios.

 

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